CAPÍTULO 18 "El recuerdo del olvido"

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  Aquella tarde después de ver a mamá y terminar de hablar con la doctora volvimos a casa un rato para de alguna manera descansar y volver en la noche ya que nos había dicho que mamá necesitaba realizar unos ejercicios para la mente y también querían realizarle unos estudios debido al exceso de consumo de sedantes y pastillas Anticonvulsivas que le habían producido repentinos cambios de humor y que se denegara a proseguir con el tratamiento, así que estábamos en casa de Valentina con Alejo y Margarita quiénes se habían enterado y querían ayudar, admito que fueron muy amables. Decidimos ir a su casa puesto que no me gustaba estar solo en la mía, y la mayoría del tiempo me quedaba aquí.
Tomamos mate los cuatro, me agradaba saber que Alejo me caía bien al igual que Maggie. A principio pensé que podría ser igual que Eneas pero Alejo parecía buen pibe. Aquella tarde me confesó que en principios yo no lo había caído bien porque Valentina estaba la mayoría del tiempo conmigo y resultaba rato ya que antes pasaban la mayoría del tiempo juntos pero que en parte le alegraba saber que no estaba sola puesto que ahora estaba Maggie en su vida e iba a resultar un poco incómodo. Pero al dejarlo todo en claro nos fuimos conociendo poco a poco, a pesar de todo lo que estaba pasando resultó quitarme un poco los nervios y la preocupación pero no como para quedar tranquilo aunque si me habían hecho sentir bien no puedo quejarme, necesitaba tomar otro aire.

- Y mis hermanos son tres; Christian es el mayor, luego está Federico que tiene veintiuno, después de él estoy yo y por último está Joaquín quién tiene dieciséis.

- Deben de este contigo acompañándote siempre - afirmó inocente.

- Mis hermanos tienen años en otros países y mi padre nos abandono - miré fijo pues bajaron la mirada.

- No lo sabía lo siento - se disculpo.

- No pasa nada, con esto del hospital uno tiende a acostumbrarse a este tipo de cosas - asentí. Maggie quiso cambiar el clima.

- ¿Y tu madre tiene cincuenta y siete años? - preguntó amable.

- De hecho cincuenta y ocho, los cumplira a las doce y díez de este día - aclaré, Valentina no lo sabía.

- Bebé no lo sabía. ¿Porqué nunca me dijiste? - se puso un mechón de pelo tras su oreja.

- Lo siento no pude evitarlo - murmuré.

- Creo que tiene razón, yo no tendría cabeza para pensar o recordar ese tipo de cosas - comprendió.

- Gracias Ale de todas formas no pensé en festejarlo porque en realidad no será un feliz cumpleaños. Cuándo cumples años en el hospital nadie sabe como saludarte y simplemente te miran apenados con cara triste... mira hasta no sé si me recordara cuándo vuelva o... - me cortó la frase.

- No Marian tranquilo, te recordara no lo dudes, lo hará. No pienses en eso - Maggie era amable con sus palabras.

- No puedo evitarlo, lo siento... También siento que por mi culpa no disfrutan el haber venido - miré apenado.

- ¿Que dices? la estamos pasando bien - afirmó.

- Gracias Ale  - miraron apenados.

  Todo aquel instante en mi vida se tornó negro necesitaba caminar descalzo por un camino repleto de espinas el cual me permita sentir que mis pies no estaban pasando por un buen momento y ahí entonces retomaría fuerzas para de alguna manera poder soportar aquel desperdicio de tiempo el cuál sonreía fingidamente, pero es que nada de lo que me decían me convencía ni tampoco las palabras de Valentina absolutamente nada ni nadie.

DIME QUE SOY UN PSICÓPATA© ✔️[Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora