DIME QUE SOY UN PSICÓPATA© ✔️[Completa]

CAPÍTULO 41 "Amanecer a tu lado"

.

.

.

Segunda Temporada

VALENTINA'S POV

Entre llantos pedía que ésto acabara ya no podía más con la tortura que Mariano me estaba haciendo pasar, era traumante para mí el solo saber que mi novio se había convertido en mi secuestrador o peor aún en un violador. Nunca lo crei de él jamás lo supuse de lo contrario creo que nadie se imagina una cosa así de quién ama, nunca para ser exacta. Las noches en Barcelona eran dolorosas ya antes en Argentina había sido una desesperación con tan sólo saber que podía un día dejar de existir con el amenazante que me seguía para todos lados.

En la boutique del shopping look'star cuando estaba con las chicas midiendome un vestido para la fiesta de la noche, estaba hablando por teléfono con mi hermano que me decía que se había venido junto con nosotros en el avión el día que viajamos. Esa noticia realmente me puso contenta que quise verlo, quería y necesitaba ir a verlo. Necesitaba mucho de su abrazo y de su compañía, digamos que corrí a abrazarlo cuando lo ví parado en la esquina con las maletas y con esa sonrisa que llevaba para todos lados, mi muñeco parlanchín había venido a Barcelona solo para estar conmigo.

Me abrazó soltando las maletas rápidamente sujetándome de la cintura y yo de sus mejillas coloradas, me dió un beso como muestra de afecto y para que notara que estaba contento de verme, más bien de verme con Mauro y no con Mariano ya que él me acompañó a recibirlo en la tarde. Él lo prefería así, le caía mucho mejor Mauro que Mariano, no entendía porqué en principios, pero luego entendí porqué no le caía bien para entonces dejar de pensar en él y quedarme por completo con Mauro. Aunque nunca dejé de amarlo pero eso nadie debía saberlo.

Cuando llegamos con los chicos de Argentina ya era de noche aquí en Mallorca así que solo dormimos una noche en el hotel de Chloe; la dueña y ex de Joaco, mi ex cuñado, que aún lo quiero demasiado aunque sea hermano de Mariano pero sabía que él no era igual a él. Ella era muy buena con nosostros y nos brindó quedarnos en su casa o mejor dicho mansión, para quedarnos a dormir a lo que nos gustó la idea y copamos con ella al igual que ella con nosostros. Bueno, luego de eso los chicos nos habían invitado a una cena de bienvenida o algo así que celebraba el hotel aunque antes habíamos salido a comprar y conocer Palma, donde estaba compuesta por hermosas casas de ropa y shoppines al igual que un gran centro comercial y tiendas de todo tipo que con las chicas quedamos encantadas y nos queríamos llevar todo y después de tomar un café en Papiro'sFrance los chicos nos llamaron dándonos en aviso, entonces no dudamos en volver todas en el taxi. Nunca dejé de darme los gustos pero tampoco de pensar permanentemente en Mariano, no amorosamente sino del miedo y asco que le tenía.
Con Maggie hablámos todo el tiempo de Ale y ella me decía que quería volver con él, que estaba totalmente segura que quería algo serio y que también él la amaba, que Alejo era su único y verdadero amor, por eso para ella era especial y estaba arrepentida de haberle dicho lo que le había dicho porque realmente confiaba en él.

- Teníamos que tener una discusión y pelearnos para darnos cuenta que nos amabamos y queríamos estar juntos los dos - aclaró animada.

Ella presentía eso así que no iba a dejar pasar esa oportunidad para volver a juntarlos. Almenos ella tenía suerte, con un chico que la amaba y realmente quería estar con ella, por eso le decía todo el tiempo que nunca dejara de amarlo porque él también lo hacía y que hablaría con él pero primero debía perdonarme porque estábamos peleados.
Sin dudas nos facilitó la idea cuando en la cena se encontraron de frente y créanme se miraban como si nadie más estuviese es ese salón, eran ellos dos solamente. Él la mirada con los ojos en forma de corazón y para ser real sus ojos estaban brillosos. No dudó en acercarse y saludarnos con esa sonrisa que llevaba para todos lados de una manera particular con su ser amigable, muy contento de verla.
Se abrió de brazos al estar a un metro de nosotras pues Maggie y yo nos miramos de reojo es que Alejo no dejaba de mirarla con la cabeza de costado como si fuera un pequeño de cinco años.