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Segunda Temporada
Sofía estaba afuera de su casa esperándome con su perro Robin, yo había estacionado el auto de Fede en frente, Ibamos a ir a comer en algún restaurante por sobre la avenida pero decidimos quedarnos en su casa porque Doña Eva había salido y se quedaba a dormir en lo de su hermano. Sofía me invitó a cenar para que habláramos lo que había pasado en casa de mi novia con Eneas y los chicos. No quería que pensara cualquier cosa, yo solo quería que alguien me escuchara en esos momentos y Sofía sabía muy bien hacerlo. Tampoco quería perder la confianza que tenía con ella, y tampoco ocultarle y no contarle lo que Eneas sabía sobre mi. Ella sabía lo que yo pensaba y también se daba cuenta cuando estaba mal, cuando me sentía incómodo o triste, hasta cuándo mi saludo era diferente. Me encantaba tenerla como mejor amiga, siempre que me sucedían cosas o tenía que desatar mi bronca pasaba a verla porque sabía que ella estaba ahí para escucharme. En cambio Valentina, también me escuchaba y me daba unos excelentes consejos como novia, cómo hermana y como amiga, pero a veces no me entendía cómo lo hacía Sofía o simplemente me retaba y no me comprendía. Sofía me había llamado cuando me salí de la casa todo enojado y Valentina no lo había hecho, solo habíamos discutido.
- Hola Robin Pulgas - sonreí.
- No tiene pulgas - reí.
- Hola Bonita - sonrió sin mostrar los dientes.
- Fede tiene buen gusto con los autos - voltee.
- Aahh si... Se cree un Toretto conduciendo - río.
- O quizás tú te crees un Bryan O'Conner - abrí la boca indignado.
- Gracias Pulga fea - me burle, ella rodeó los ojos. Metí el auto en el garaje y Federico me había enviado tres mensajes a las 02:08 de la noche del sábado.
Entramos y en la televisión estaban recordando a Coraje, el dibujito que veía de niño todas las tardes cuando volvía de la escuela y me sentaba con la chocolatada entusiasmado a mirarlo. Quisiera volver a tener cinco años.
- ¡Ay mira! - mimó.- ¡Increíble! - sonreí.
- ¡¿Tienes hambre?! - se fue a la cocina.
- ¿Tú tienes? - me saqué la campera.
- ¡Dale boludo yo te pregunté primero! - me senté en el sofá.
- Pero dime si tienes o no - Robin se sentó en mis piernas.
- ¡Hola amigo, hola! - le acaricié las orejas.
- ¡Yo si tengo hambre!, ¡¿Pedimos pizza?! - gritó.
- ¡Bueno dale! - mordí mis labios.
- ¡Encargala tú!, ¡ahí está el teléfono yo entro al baño! - gritó.
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DIME QUE SOY UN PSICÓPATA© ✔️[Completa]
Teen FictionVOLVÍ A NACER DE 14 A 18© Mariano es un adolescente de 18 años que sufre de un trastorno esquizofrenico el cuál desconoce, y debido a eso es que su vida se vuelve más complicada de lo que ya es. Sin importar que continúe, él termina de arruinarlo to...