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Se habían hecho las 21:16 de la noche cuando estaba sentado en el bar de la esquina del hospital puesto que al haber discutido con mi madre no tenía ganas de volver a casa, quería estar sólo por un rato, quería olvidar todo aquello que le había dicho a mamá pero también trataba de olvidar lo que ella me había dicho ami. Necesitaba respirar, respirar otro aire que no sea el del hospital o el de casa, suponía que con un vaso de cerveza calmaria mis nervios y de los nervios jamás noté que Valentina me había estado llamando pues es que antes había apagado el celular porque literalmente no tenía ganas de hablar con nadie. Me había comportado como un niño menor y no como un adulto mayor, mi cabeza daba vueltas solo quería apagarse pero algo no me lo permitía pues digamos que la persona que amablemente me había atendido se negó a aceptar darme otra botella a fin y a cabo era hora de que cerraran el lugar ya que no era una cervecería nocturna ni tampoco un boliche.
Recuerdo que al estar apoyado en la barra miré mis pies cuando el mozo decidió apiadarse de mí al preguntarme porqué estaba descalzo y con ropa de hospital pues mi repuesta no fue nada favorable que este me quedo mirando como si fuera un desquiciado suelto.- ¡No te interesa!, ¡Interesa... estúpido!.
- ¡Mírate cómo estás!, ¡por dios vamos amigo no puedo tenerte aquí tienes que largarte! ¡Ve a tu casa!... ¿Tienes a alguien que pase por tí?.
Fue lo único que escuché, luego de eso no recuerdo nadamás hasta diferenciar el portón de casa que logré captar entre la neblina que se generaba en mis ojos. Me detuve a mirar la casa por unos segundos, las flores del jardín estaban marchitandose y el camino de la entrada casi estaba tapado de verde césped, las ventanas empolvadas y cerradas al igual que la puerta despintada, cómo la madera gastada, eso era absolutamente vistoso.
- ¡Qué mierda de jardín! - grité.
Mi vecino el señor Anderson salío de su casa con bolsas en las manos mientras saludó alegremente como solía ser. Debo aclarar que casi no conocía a mis vecinos pero si que el señor Anderson nos había ayudado en un montón de situaciónes, situaciones las cuales esa noche no las recordé.
- ¡Buenas noches Marianito, ¿cómo estás?! - secante respondí.
- Hola.
Miraba atento el desabrido jardín con mis brazos en mi cintura puesto que al notar mi fría actitud no volvió a preguntar nada y se metió dentro de su casa para no volver a salir. Realmente abría pensado que estaba loco o acertado que estaba ebrio.
Luego de un minuto de concentración absurda frente a casa había tomado la decisión de quitar todas las flores de raíz y tirarlas a la basura al igual que el buzón de cartas arrumbrado. Correr todas las hojas secas hacia la vereda y en el canasto dejar la bolsa negra llena de tulipanes, lavanda y claveles colgados (mamá amaba las flores). Del fondo traje la larga mangera para limpiar las ventanas con la puerta que junto con el polvo se había hecho lodo al mezclarse con el agua fría del grifo y jamás noté o mejor dicho nunca me importó que me salpicara gran cantidad en la ropa pero lo peor fue cuándo al terminar de terminar de arruinar por completo el pequeño jardín, tomé la decisión de irme a dormir sin tomar un baño pues me di cuenta que entraba en un profundo sueño.
En la mañana siguiente Valentina me despertó asustado al mirarme de frente con su cara de preocupada pero primero no entendía porqué, debido a eso lo demás fue obra de arte.- ¡¿Cariño que te pasó?!, ¡¿Por qué estás todo sucio?! - elevó la voz.
- ¡¿Qué?!...¡¿qué pasó?¡, ¿por qué no tocaste? - hablé aún medio dormido.
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DIME QUE SOY UN PSICÓPATA© ✔️[Completa]
Teen FictionVOLVÍ A NACER DE 14 A 18© Mariano es un adolescente de 18 años que sufre de un trastorno esquizofrenico el cuál desconoce, y debido a eso es que su vida se vuelve más complicada de lo que ya es. Sin importar que continúe, él termina de arruinarlo to...