DIME QUE SOY UN PSICÓPATA© ✔️[Completa]

CAPÍTULO 16 "Hospital"

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Eran las 5:22 de la mañana, había tenido un sueño corto pues al parecer había tenido pesadillas cuando me desperté sobresaltado, inmediatamente miré a mamá y sople aire cuando la ví acostada en la cama. Valen estaba dormida al lado mío pues la desperté del susto que por momentos me intranquilizaron, tenía que irse a su casa no quería que se quedara mucho tiempo en esta porquería ya que sabía que no le gustaba. No quería irse, ella decía que debía estar con nosotros pero ya había hecho demasiado al traernos algo de comida y quedarse aquí en la noche así que, después de una corta pelea de: "no me voy a ir","si tienes que ir", en la habitación, logré convencerla y acordamos en que volveria más tarde pues debía ir a la facultad.

Mi madre aún seguía dormida y yo no había pedido permiso en el trabajo, no quise avisar nada porque no sabía si realmente iba a faltar otra vez pues Luciano (uno de mis compañeros de trabajo), me llamó para preguntar por mi madre y si iría a trabajar ya que era día de tránsito pesado y además porque dentro de todo era mi trabajo. Salí de la habitación con el teléfono en la oreja para no interrumpir a mi madre quien continuaba dormida.

- Amigo ¿cómo creés?. Mi madre aún está internada y debo quedarme aquí hasta que me digan que es lo que tiene realmente... Oye sabes, dile a Lorenzo que quizás voy a llegar un poco tarde... Pero solo dile que iré ¿si? - esto no me gustaba para nada.

- Bro lo entenderá puedo cubrirte, yo no tengo una madre internada... de hecho ni siquiera tengo una - afirmó seguro largando una sonrisa sarcástica.

- Amigo... - murmuré pero me cortó la frase.

- Sabes a lo que me refiero... oye, cuida a tu madre no sufras - aclaró.

- Gracias amigo en verdad no sé cómo agradecerte - murmuré.

- No digas estupideces, yo hablaré con Lorenzo - renegó.

- Gracias hermano te debo una - colgó.

Guardé el teléfono en el bolsillo y volví a la habitación la cual había enfermeras limpiando el piso pues debidamente no podía ingresar hasta que terminaran a lo que le pregunté a una de ellas cómo se encontraba mi mamá puesto que dándome una corta explicación me dijo que continuaba dormida pero que no podía ingresar hasta más tarde, siendo esa una oportunidad para volver a casa y cambiarme de ropa. También me dijo que casi era la hora de comer pues me aseguro que estaría bien y que me fuera tranquilo a casa.

Volvía en Uber al hospital pues jamás pensé que me pasara lo que me pasó, desesperación fueros aquellos segundos en los cuáles sentí la peor sensación del mundo. De aquella imagen estoy seguro de que nunca me voy a sacar de la mente y mientras tenga conmigo a mi mamá, serán menos las probabilidades de delirar es que eso quería creerme.
Apenas abrí la puerta para ingresar a la habitación en dónde estaba mi madre, la vi como siempre, acostada en la cama cubierta con una pequeña sábana de poliéster y dormía profundamente debido a eso me acerque para tomarla del rostro frío y arrugado que traía pues no evité alejarme rápidamente a los ojos abiertos cuando le toque las mejillas y éstas comenzaron a hundirse de una manera uniforme hasta provocar que su delicado rostro se absorbiera a gran velocidad dejando a la vista su figura craneal entonces podía suponer que estaba soñando pero es que su rostro estaba completamente destruido, parecía el de una persona quemada. Admito que fueron unos minutos porque cuando me di cuenta su rostro se había tornado completamente normal, ya que despertó mostrándome una sutil sonrisa cansada al dar un suave pestañear dejandome por minutos efectivamente inextricable.
Luego de vivir aquel tormento que me había dejado pensante, mi madre me rodeó con sus brazos pues se había sentado en la cama y yo estaba parado al lado de la ventanilla que nos permitía ver la cuidad. Anhelando su tranquilidad envejecida que me miraba constantemente era verdaderamente apetecible que hasta queria tener la misma cualidad pero se me era sumamente imposible ser pacífico.