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- Última chance. Por favor.

- No lo es.- la castaña ya se había encargado de asearse al igual que todos los muchachos, ahora sus facciones podían analizarse mejor.- Sé dónde estarás y si me meto en problemas, iré a buscarte.

- Preferiría que no murieras.- su hermano logró que Alicia sonriera, realmente los extrañaría pero quedarse allí sola era para mejor.

- No lo haré.- los brazos cálidos de su hermano la envolvieron contra él.- lo prometo.

Nick seguía intentándolo con su hermana después de la pequeña discusión de la noche anterior, no podía irse sin al menos preguntárselo unas tres veces más. Los Clark habían sido los últimos en levantarse, Alicia a causa del pequeño altercado con Troy y Nick simplemente porque era una criatura de la noche. 

Elizabeth se encargaba de guardar las últimas varillas de la carpa cuando Troy comenzó a ayudarla desde una distancia prudencial, era bueno que Trevor no se encontrara al rededor, de lo contrario ni siquiera lo hubiera intentado.

- Tengo mi ración si la quieres.

- Vaya forma de empezar a disculparte.- la pelirroja se sacudió los pantalones, ahora concentrándose en cerrar la pequeña funda en la que la carpa ahora se encontraba compactada.- ¿Qué tienes?

- Sopa de tomate y zanahorias.

- Pepinos y Duraznos.- Elizabeth agitó ambas latas en sus manos luego de rebuscarlas en su bolso. Tenía más comida como jamón y albóndigas, pero no la compartiría con él sino con su hermano más tarde.- La sopa de tomate por los duraznos.

- Hecho.

Ambos dos intercambiaron las latas de comida, orgullosos del trato que habían llevado a cabo a pesar de seguir enfadados. Estaba claro que solo buscaban una excusa para tener una buena conversación, pero tenían que aguardar a alguna situación tranquila para hacerlo. Al tomar la lata de duraznos, Troy rozó la mano de la pelirroja imaginando que Elizabeth la apartaría.

No lo hizo.

- Jamás fue un amor de verano para mí.- susurró el ojiazul, tomando por fin la lata y guardándola en su mochila camuflada.- ¿Y para ti?

- ¡Bethie, tu turno!

Contra la posible aparición de Trevor, la señal estuvo clara y Troy Otto se apartó de la Irlandesa para llevar la carpa y su mochila a la camioneta para adelantar las cosas. Mientras se alejaba, con el rabillo del ojo divisó como el pelirrojo de ojos oscuros acariciaba con dulzura el cabello de su hermana antes de que esta se encaminara al baño de la instalación abandonada.

El camino hacia el lavabo fue rápido, era la última en asearse así que tenía que ser rápida si no quería que los demás solo estuvieran esperándola a ella. Con la pequeña pastilla de jabón que encontró entre sus cosas pudo asearse todo el cuerpo como si hubiera tomado un buen baño, habían calentado el agua de reserva que quedaba del taller y eso pudo utilizarlo también para lavarse los dientes y la cara hasta que no quedara ni un solo gramo de tierra. Sentada en el pequeño váter del cubículo, se calzó unos pantalones cargo acompañado por las únicas botas que tenía y se decidió por un suéter grueso y amplio que también cubría sus muslos. Su cabello, sin embargo, tendría que lavarlo una vez llegaran y permanecería sucio hasta entonces. 

En cuanto salió, lo primero que vio fue a su hermano sonriente entregarle un mapa a Alicia,  probablemente con la ubicación exacta de la presa. Elizabeth aún podía recordar lo enamorado que estaba su hermano de la castaña cuando eran pequeños, había tenido etapas en las que siempre que ellas querían hacer algo juntas tenían que invitar a Trevor. 

[Como decir hasta luego] •Troy Otto•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora