Sentirse ajeno a lo que pasaba a su alrededor había sido un pequeño regalo que los tres muchachos necesitaban. Las risas, una tarde común de picnic en el lago gélido, las cervezas y preocuparse porque las yemas de sus dedos se arrugaban demasiado con el agua eran todo lo que necesitaban para volver a sentirse humanos de nuevo.
Trevor no se enojó por ver a su hermana junto a Troy, y Elizabeth no se sintió incómoda con mostrar cariño al castaño en presencia de él tampoco. Podría decirse que aquella también era una típica preocupación de una joven fuera del apocalipsis, al igual que preocuparse porque su pelo se endureciera con el agua del lago o tener una exótica cara y no temer mostrarla sin maquillaje. Pero eran preocupaciones que en el fin del mundo no tenían tiempo para ser sentidas, el maquillaje ya había pasado a ser parte del olvido, como también una buena secadora de pelo o un turno en la peluquería.
Y se sentía bien, se sentía hermoso para Elizabeth que aunque el mundo se haya ido a la mierda también se habían ido con él las emociones superficiales de las personas. No había nadie mas rico, nadie con el mejor automóvil de la secundaria o alguien que quisiera robarte a tu novio cuando estabas despistada. No había compromisos a los que debías llegar a tiempo, no había tecnología que no podías comprar porque no habías ahorrado demasiado aún o esa película en el cine que tanto esperabas para ver.
- ¿Qué piensas?- le susurró una dulce voz a su lado, su aliento choco contra el cuello de la pelirroja.
La chimenea despidió un par de chispas a su alrededor, el crepitar de la madera contra el fuego sin embargo no le daba más calor que tener el rostro de Troy entre su cuello y su cabello. El castaño también tenía un brazo sobre el abdomen de Elizabeth, ambos dos volvían a hallarse solos luego de que Trevor decidiera ir a dar una mano con las carpas y las viviendas.
- Pienso que el mundo quizá haya cambiado para bien.- lo dijo entre un susurro, como si le diera pudor hablar de lo que pensaba con él.- Ya no hay tiempo para superficialidades, nadie es mejor que otro...quitando a los muertos, claro.
- Estaría en el ejército si el fin del mundo no habría llegado, en alguna misión o...guerra, quien sabe.- el muchacho hablaba sin despegarse de la pelirroja, como si temiera que ella quisiera irse.- Quizá hubiera muerto en alguna de esas misiones, mientras tú te anotabas en alguna excelente universidad y nuestros caminos jamás se habrían cruzado. No habría conocido a Trevor, probablemente tampoco hubiera conocido lo que significa importarle a alguien más.
- Claro que si, te hubieras casado y tendrían hijos. Adoptarías un perro y tendrías una gran biblioteca solo para ti.
- No se me hubiera dado muy bien eso de casarme y tener hijos, lo aborrezco de hecho.
- Yo igual, al menos me libré de ser una desgraciada ama de casa.
El silencio lo invadió todo una vez más luego de que rieran ante las palabras de la pelirroja, sin embargo no fue incómodo como otras veces.
- Yo me libré de las posibles parrilladas que Jake daría con su esposa católica, luego de la misa de los domingos.- ante la broma del castaño, los dos volvieron a reír a carcajadas hasta que el cerrojo de la puerta de entrada sonó y ambos se separaron como si fueran dos adolescentes que no querían ser descubiertos cerca.
Los silbidos del pelirrojo le dieron alegría al hogar, aunque trajera pequeñas malas noticias.
- Bueno, díganle adiós a nuestra pequeña cabaña del amor.- al notar que ninguno de los dos comprendió lo que quería decir, se corrigió.- Jake piensa que dado a que hay muchas habitaciones libres en la casa Otto podemos mudarnos y ceder la cabaña a la gente de Walker.
- Es mi casa.- protestó el castaño, ya sentándose en lugar de comenzar una disputa recostado.
- Es tu rancho también, pero ya entendimos que hay que compartirlo.- Trevor tenía razón, no iban a ponerse a discutir por una cabaña si de todas formas ya habían accedido a compartir el rancho.- Los Clark también se mudarán allí.
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[Como decir hasta luego] •Troy Otto•
FanficFamilia, un concepto difícil de interpretar cuando la tuya ya no está. La familia es quien permanece a tu lado aún admitiendo tus monstruos internos. La familia es aquella que, en un mundo en donde las almas abandonan sus cuerpos y estos solo tiene...