[Como decir hasta luego] •Troy Otto•

27.

La mañana había pasado rápido, como últimamente todos los días terminaban. Eran pasajeros,  no había tiempo y la imagen de Troy muriendo de sed en el desierto le estrujaba el corazón a la pelirroja que se encontraba en el suelo sobándose las caderas luego de recibir una golpiza de parte de su hermano.

Elizabeth seguía insistiendo en ser entrenada por Trevor, su poco desarrollado sexto sentido le decía que esta vez tenía que confiar en sus instintos y prepararse para un acontecimiento que haría necesario el saber defenderse. 

Era menuda y delgada, no tenía masa muscular y su hermano la doblaba en tamaño justo como lo hacía Troy Otto. Trevor continuaba diciéndole que la única ventaja que tenía contra su oponente era su velocidad, su tamaño le permitía escabullirse rápidamente y atacar por la espalda, es por eso que se había ocupado de enseñarle a la pelirroja puntos tácticos en el cuerpo que harían que su oponente se rebajara. La entrepierna, la espalda, el cuello y las piernas eran como puntos cardinales que le aseguraban a la muchacha una victoria casi asegurada solo si tenía velocidad.

Había tenido la oportunidad de vencer a su hermano solo tres veces, pero considerando que su entrenamiento solo había durado dos días podía decirse que estaba bastante bien.

- Bueno, el nervio ciático está matando a tu hermano.- Trevor, echado contra la pared mientras bebía de una pequeña cantimplora, transpiraba de una manera inhumana a comparación de su hermana.- Hasta aquí llegue.

- Tienes veintitrés, dudo que el nervio ciático sea el mayor de tus problemas.- la pelirroja tenía el cabello pegado a la frente y la nuca, ambos dos necesitaban un baño antes de salir al exterior por primera vez luego del castigo. Si la gente los veía así, creerían que habían perdido completamente la cordura.

- El mayor de sus problemas ahora es el hedor que despiden.- Nick atravesó la sala de estar peinado y bañado, era el único en la casa y la ausencia de Jake y Alicia no los había preocupado. Ambos dos solían levantarse inclusive más temprano que cualquier habitante del rancho.- Báñense y vayamos por agua.

Luego de asearse, los Nolan resguardaban las espaldas de Nick como si fueran sus civiles. Elizabeth tenía una gorra que protegía su rostro blanquecino del sol y su cabello estaba perfectamente recogido en un moño que no la molestaría en los labores del día, el plan que tenían con Trevor debía comenzar en aquel instante y no podían regalarse más tiempo con Troy muriendo en el desierto.

Poco después se les unió Sorna, sus ojos decorados por bolsas negras les indicaron a los tres que el muchacho se había pasado la noche en vela quién sabe porque. Era parte de la milicia, así que la intención de la pelirroja sobre contarle a Nick que se irían tendría que esperar hasta que el muchacho estuviera solo.

- ¿Pudieron descansar?- preguntó el muchacho barbudo, sus acompañantes asintieron.

- Veo que tú no mucho.- se animó a bromear la pelirroja, ganándose la sonrisa de Sorna. Tenían que ganarse a la milicia también, tenían que ganarse a todos con ese típico carisma Nolan por el que eran conocidos los hermanos.

- Es fácil para ti decirlo, aunque no durmieras por semanas seguirías siendo igual de bella.