10.

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Troy no musitó palabra desde que ambos se habían subido a la camioneta. Podía sentir aquel característico olor a vainilla emergiendo del cabello suelto de su acompañante, y cada tanto se permitía verla de reojo percatándose antes de que ella no se diera cuenta. Su expresión de pocos amigos se mantenía firme, al muchacho le daba gracia como quería hacerlo sentir mal por no dirigirle la palabra.

No podía, si con sólo interponerse entre el arma y su blanco había hecho que se volviera tan débil como nunca había sido, no quería saber que pasaría si intentaba conocerla. 

- Es Nick.- señaló la pelirroja, y el muchacho aparcó a un lado del muchacho que deambulaba a pie por el camino de tierra.

- Un grupo de nosotros saldremos a cazar, te podrías unir.- propuso el ojiazul, riéndose ante la mirada incrédula del moreno.- Puedes venir, si no estás muy ocupado mirando a unos viejos bailar.

- ¿Cazarás en mitad de la noche?- había algo extraño en la propuesta del castaño, hasta Elizabeth pudo notarlo.

- Los jabalíes son nocturnos, los atrapamos a hurtadillas en la oscuridad.- explicó sereno, viendo como su acompañante se bajaba de la camioneta.

- No, yo no cazo.

- Yo tampoco.- sentenció la pelirroja, llegando a un lado del moreno justo en frente de la camioneta en donde Troy podía verla.- reemplazo a Trevor, ¿Vienes?

- ¿Por qué de pronto no me extraña que vayas con él? - el ver a la mejor amiga de su hermana con ese muchacho le hirvió la sangre.

- Me lo debes, Nick.- le recordó herida.- Ni siquiera te oí decir disculpa. 

- No voy a hablar de eso en frente de él.

- Esto es más mantenimiento que caza, más cultivar que matar.- el castaño le entregó un arma, la agitaba por la ventanilla, incitándolo con ella.- Ven, gánate el sustento como tu hermanastra.

En cuanto Nick subió, la Irlandesa también lo hizo, ganándole antes el asiento del copiloto.

- No somos hermanos según él, de todas formas.- susurró hiriente, sacando el brazo por la ventanilla contenta porque aquello lastimaría al moreno tanto como él lo había hecho con ella.

Troy tensó la mandíbula antes de arrancar el vehículo, podía notar que había cierta tensión entre ambos muchachos y la curiosidad lo estaba carcomiendo, aunque decidió no entrometerse. Después de todo, creía que aquello saldría a la luz tarde o temprano.

- Curioso Nick, todavía eras su hermano cuando te pregunté aquello en tu primer día aquí.- su lengua era escurridiza, pero sabía que de esa forma haría hablar a los dos.

- Y lo sigo siendo.- murmuró el moreno, su mirada estaba pegada a la ventanilla del asiento de atrás aunque sabía que la pelirroja se había dado la vuelta enfrentándolo por el medio de ambos asientos delanteros.

- Oh, así que ahora decidiste volverme a incluir en tu concepto de familia.- Elizabeth bufó, y al parecer aquello le estaba resultando divertido a Troy, porque no borraba aquella socarrona sonrisa de su rostro.

- Estaba molesto, ¿está bien?

Al ver que el moreno no obtuvo respuesta, Troy ensanchó su blanca sonrisa aún más. Elizabeth, presa de los nervios, tanteó entre sus bolsillos hasta dar con la caja de cigarros y tomar uno entre sus labios. Al parecer, había perdido su encendedor por ahí, porque no estaba en la caja con los cigarros al igual que siempre.

- Demonios.- susurró, sacando las manos de sus bolsillos abatida.- Nick, ¿tienes cerillas?

Troy frenó en seco el vehículo, haciendo que la pequeña caravana que venía tras ellos también frenara, y pasando el brazo por sobre las piernas de Elizabeth, llegó hasta la guantera. Con paciencia, revolvió entre sus cosas hasta dar con un encendedor que prendió frente al rostro de su acompañante para que la pelirroja se acercara confundida hasta lograr prender el cigarro.

[Como decir hasta luego] •Troy Otto•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora