[Como decir hasta luego] •Troy Otto•

14.

La camioneta levantaba cada vez más tierra a medida que ganaba velocidad, pero ni a Nick ni a Elizabeth les importó ensuciarse un poco. 

- Pudieron haberlo soltado, es un camino largo.- sugirió Madison, intentando mantener el positivismo en los presentes.- Dos caballos, mucha comida y agua.

- Vern lo hubiera sacrificado.- contradijo el anciano Otto, más preocupado que cualquier otro. Después de todo, estaban hablando de uno de sus mejores amigos desde hacía 30 años.- Si hubiera sido así, lo habría sacrificado. Tratas la piel, curas la carne...no lo habría sólo liberado.

- Entonces se escapó.- Madison continuaba arrojando un sin fin de opciones positivas, algo que ya estaba preocupando a Elizabeth.

- Están muertos, Madison. Lo sé, sólo es cuestión de saber cómo pasó.

El comentario de Jeremiah hizo que Elizabeth se removiera incómoda entre la cajuela de la camioneta y que Madison por fin guardara silencio. Podía ser una opción que estuvieran muertos, ¿pero por qué no pensar diferente hasta asegurarse de que ya no estuvieran?

- Estén preparados para eso.- les habló el hombre a los jóvenes de atrás, dedicándoles una pequeña mirada por el espejo retrovisor.

Luego de un viaje de unas dos horas, la caravana de Vernon apareció a un costado del camino, repleta de agujeros de bala por doquier. El lugar, a simple vista, parecía desértico y casi incluso que no había sido removido del sitio durante días. Los corazones de los presentes latían como locomotoras, ya que si habían balas no podían dar lugar al positivismo y la esperanza.

Todos comenzaron a bajar del vehículo lentamente, pero Elizabeth se tomó un poco más de su tiempo, respirando hondo para juntar coraje. Ver a alguien tan pequeño como Gretchen o el mejor amigo de Troy masacrados en los asientos traseros del vehículo sería una imagen difícil de digerir. Tendrían más o menos su edad, nadie se merecía vivir tan poco y morir tan cruel.

- ¿Vienes?- le preguntó Nick, a la espera de la muchacha.

- Si, lo siento.- Elizabeth saltó desde la cajuela aterrizando en la tierra, cargando nada más que con un bolso con artefactos medicinales y su rifle.

Los cuatro se aproximaron cautos, con las armas ya en sus manos apuntando frente a sus cabezas. El silencio del desierto era aterrador, casi parecían estar deseando algún sonido que les indique que estaba pasando.

- Estén alerta, muchos muertos vagan por aquí.- advirtió el anciano, tomando la delantera.

Jeremiah se aproximó con cautela a la puerta de la caravana y, pidiéndoles que mantuvieran silencio llevándose un dedo a la boca, abrió la misma con delicadeza. Ya podían oírse los gemidos de los no muertos despertando de sus sueños letárgicos, y los cuatro esperaron lo peor. El anciano acabó pronto con la vida de los dos cuerpos desconocidos del interior del vehículo, mientras Nick y la pelirroja inspeccionaban los agujeros de bala esparcidos por la pared.

- ¿Vernon?- preguntó Madison, una vez que Otto salió de la caravana.

- Kathy también.- sollozó, aunque no derramó una sola lágrima tal como su hijo menor.

Elizabeth decidió adelantarse unos pasos a Nick, encontrándose con el cuerpo sin vida de Mike Trimbol, el mejor amigo de Troy. Esperando que fuera una pesadilla, cerró los ojos deseando que al abrirlos el cuerpo desapareciera, pensando como se lo diría al ojiazul o si siquiera valía la pena decirle.

- Mike también.- musitó la pelirroja, cubriéndose la nariz con su brazo a causa del hedor que despedían los cuerpos.

La presencia de Nick la acompañó, y juntos se dirigieron hasta el carro en donde trasladaban a los caballos. Los gemidos de dolor relinchantes de uno de los caballos ya había llegado a los oídos de la pelirroja, quien apuntó hacia la puerta para darle paso al moreno, que la abriría despejando la línea de fuego.