[Como decir hasta luego] •Troy Otto•

6.

- La gente compro aquí antes de que todo acabara.

El anciano les había convencido de hacer un tour por el rancho, así al menos pasarían el rato hasta que el helicóptero llegara. Las personas que por ahí transitaban no se atrevían a dirigirles la palabra, presos del enojo e incluso rabia y aún creyendo que ellos habían sido la causa de que el helicóptero no llegara.

- Se preparaban para la caída de la democracia, contaban con eso.

Elizabeth divisó caravanas y carpas, pequeños refugios y centenares de casas agrestes que dominaban todo el espacio. Los presentes los miraban con curiosidad, enfado y desconfianza, cosa que le puso los pelos de punta. 

- Pero el levantamiento de los muertos nos tomó por sorpresa.- la clase de historia de Otto continuó.

El anciano se notaba cojo pero tenía un buen ritmo, lo que le permitió adelantarse incluso a la familia para marcar el camino.

 - Pareces estar manejándolo bien.- el cumplido de Madison puso al anciano de buen humor.

- Nos estamos auto abasteciendo bien.

- Si, y están fuertemente armados.- la observación de la rubia era algo por lo que Elizabeth quería preguntar, sin embargo, Madison le sacó las palabras de la boca.

- ¿De que sirve tener todos estos recursos si no puedes protegerlos?- Otto habló con la verdad.- La autodefensa es la piedra angular.

- ¿Eso es lo que Troy estaba haciendo en la frontera?- la pelirroja se adelantó al anciano y se colocó en frente de él.- ¿Autodefensa?

- Elizabeth, Troy estaba fuera abasteciéndose de combustible y protegiendo a sus hombres.- el viejo no despego la mirada de la pelirroja.- Esa es su versión de la historia.

- ¿Quieres oír nuestra versión?- lo provocó Nick.

- Estamos construyendo una nueva versión aquí.- Otto hizo caso omiso al comentario del moreno y la quijada apretada de la pelirroja.- No es perfecta, es muy imperfecta. Resolveré lo que sea que paso en la frontera en cuanto Jake regrese. Mientras tanto, este es el lugar más seguro donde vivir en un mundo que se ha vuelto loco. 

- ¿A que llama seguro, señor Otto?- lo cuestionó nuevamente la ojimiel.

- Mucha gente estaría agradecida de estar aquí y pensaba que ustedes también podrían estarlo, ¿estaba equivocado?

Ninguno respondió. Si bien las preguntas y las quejas de los Clark eran filosas, el anciano había podido responder cada una de ellas con un remate. Le siguieron el paso como venían haciendo hacía rato, hasta que llegaron a una humilde casona campestre que les dio la bienvenida. 

- No es mucho, pero al menos esta limpia.- la llave de la casa fue a parar a manos de Madison, quien no dejaba de escanear el lugar con su mirada.- Las letrinas y las duchas están en la parte de atrás.

- Duchas, ha dicho duchas.- la pelirroja le agitó el brazo a Nick, este empujó su cabeza de forma cariñosa.

- Les aconsejaría agitar los colchones y barrer un poco el suelo, hay escorpiones y ese tipo de cosas.

- Escorpiones, ha dicho escorpiones.- Nick burló esta vez a su acompañante, quien también le dio su merecido empujón.

- Gracias.- dijeron las dos mujeres al mismo tiempo.

El anciano solo atinó a devolverles la mirada, para luego retirarse a su paso del lugar no sin después cerrar la puerta tras él.

- ¿Le agradeces?- gritó el moreno, alzando los brazos en signo de derrota.