Los hechos eran claros, si bien alguien podría sobrevivir al mortífero encuentro en la presa con el séquito del Supervisor, alguno debía de morir. Las cosas en el mundo apocalíptico nunca acababan por ser color de rosa; había pérdidas, había momentos felices que uno debía saber atesorar junto con su corazón antes de que el final llegara y había situaciones en las que uno tenía que pensar con la cabeza y dejar el sentir de lado, para poder proteger así a quienes más amamos. No había lugar para los débiles, el amor, tarde o temprano, moría.
Elizabeth Nolan Shea no se separó del lado de Troy Otto y de su hermano a partir del instante en el que parte de la familia Clark, acompañada de Víctor Strand, puso pie dentro del único bote que quedaba ileso de la batalla campal por la posesión total de la presa.
Con una mano en el corazón, sintió de pronto el ejemplar de "Viaje al centro de la tierra", un libro que la había acompañado en sus desventuras junto a Troy desde que había llegado al rancho. Si bien su tamaño era pequeño, el grosor era intenso y de pasta dura, era una edición muy bella que cierta vez perteneció a un pequeño Troy Otto que asistía a una escuela primaria estatal sin renombre en medio de la nada. Ahora parecía ser de los dos, el pequeño tesoro que habían decidido llevar junto con ellos a San Clemente, justo antes de que las cosas tomaran un rumbo inesperado.
Las lágrimas no habían cesado desde que se separó de su mejor amiga, ahora solo podía apreciar su castaña cabellera hondear contra el viento mientras se acomodaba ansiosa en el pequeño bote de goma. Con las manos temblorosas y mientras observaban a los tres sobrevivientes ya a salvo, le entregó el libro al castaño que la sostenía de los hombros con dulzura y melancolía, resguardándolo de la vista de todos en el bolsillo superior de la chaqueta maltrecha de su fiel acompañante.
- Para que te proteja.- le susurró dándose la vuelta, aquel par de ojos como el mar recibió los suyos, era una de las únicas veces que había visto al muchacho llorar tan desconsoladamente.
La expresión de Troy se asemejaba mucho a la que cargaba la noche en la que su padre murió. Parecía un niño pequeño, ausente y con la mirada perdida, aferrándose de las prendas de Elizabeth como un crío que temía perderse.
- ¿Y quien te protegerá a ti?- le preguntó angustiado, aquella había sido la peor hora de su vida. Larga, dolorosa y, probablemente, de final cruel.- Jamás me perdonaré esto, podría haberte salvado.
- No bajes los brazos tan pronto, estás bien...estás conmigo.
La mano de la pelirroja lo reconfortó, la calidez del contacto con su piel le trasmitía la paz que en aquel momento le faltaba con fulgor.
Trevor escuchó la conversación entre ambos dos, pero sinceramente, no tenía nada que agregar. Estaba furioso, tenía que encontrar la forma de salvar a su hermana, después de todo, la única razón por la que se había mantenido con vida durante tanto tiempo era para poder darle a Elizabeth la vida eterna que él creía que merecía. Era amable, servicial y empática, siempre había buscado lo mejor para todos aún cuando esto, a veces, era más que imposible. Elizabeth Nolan no merecía morir, ninguno de ellos lo merecía.
Nick Clark se mantenía fuerte como una bandera izada, al borde del acantilado y con el detonador apretado en su temblorosa mano. Ahora que su familia tenía muchas más posibilidades de salir con vida que él, se permitió sacarse al menos ese peso de encima. Por no haber pensado las cosas con antelación, podría haber hecho que Elizabeth huyera a pie junto con su hermano y Troy, pero ahora que la presa estaba repleta de los hombres de John, no estaba tan seguro de que aquella fuera la mejor opción.
- Esta presa podría ser el centro de una nueva civilización.- entonó de pronto John, quien comenzaba ahora a preocuparse por su vida.- Aquí mismo, un Éufrates moderno. Pero necesita gerencia, hay que parcelar. No podemos regalarla, Nick. Eres inteligente. Tú entiendes. Podrías ayudar.
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[Como decir hasta luego] •Troy Otto•
FanficFamilia, un concepto difícil de interpretar cuando la tuya ya no está. La familia es quien permanece a tu lado aún admitiendo tus monstruos internos. La familia es aquella que, en un mundo en donde las almas abandonan sus cuerpos y estos solo tiene...