[Como decir hasta luego] •Troy Otto•

18.

- Es Antrax.

Las personas a cargo ahí presentes, junto con los enfermeros y quienes habían sido heridos durante la noche anterior, notaron con la noticia la presencia de Madison en el lugar. Nick ya estaba despierto y siendo socorrido por Alicia, quien rotaba desde la cama de su hermano hasta la de Elizabeth sin parar a descansar ni por un segundo. Troy, sin embargo, no había dejado su puesto a un lado de la pelirroja ni por una sola hora y ya estaba preocupando a los demás. Trevor se hallaba afuera, ayudando a cargar los cuerpos resultantes de la disputa del día anterior, en su mayoría amigos de la milicia con los que había compartido risas y misiones. El pelirrojo no se destacaba por ser social, sin embargo, esas personas habían hecho que sus días fueran más acompañado que en soledad, y en parte se lo debía a Troy por haberlo hecho parte.

- ¿Te lo dijo Ofelia?- Jake dejo lo que estaba haciendo para acercarse a la rubia con información valiosa.

- No, la devolví a sombrero negro. Walker me lo dijo.- todos intercambiaron miradas, sabían que nadie le había dado el permiso para llevar a la latina de vuelta al campamento. Troy odiaba tener que decirlo, pero la rubia había hecho bien.- Aquellos que no mueran, quedarán muy débiles como para sostener un arma. Atacarán cuando seamos menos.

- Al menos sabemos lo que es.- Troy se encontraba optimista aquella mañana, se lo debía al informe que el doctor le había dado de Elizabeth. En cuanto su cuerpo junte las suficientes fuerzas, habrá despertado como nueva, ya que el sangrado había parado y había podido coserla.

- Bueno, reúne lo que queda de la milicia.- le ordenó su hermano mayor, tomando asiento.

- Jake, no hay mucho más aparte de Trevor y de mi.- tenía razón, había muerto un 90% de la milicia y la mayoría de los que quedaban de pie estaban muy débiles como para luchar.

- Haz lo que puedas o haz algo para variar, en lugar de sentarte a un lado de las camillas como un loco. 

Madison abrió los ojos como platos, sabiendo que eso no le había gustado ni un poco al menor de los Otto. El muchacho apenas había podido cerrar los ojos, ayudaba en lo que podía dentro de la enfermería para mantenerse cerca de Elizabeth por si llegaba a despertar. 

- ¿Un loco?- se rió cínicamente el ojiazul, aproximándose al rostro de su hermano de forma amenazante.- Recuérdame llamarte loco si Alicia es apuñalada por ayudar al rancho.

- Recluta a los que estén sanos.- sugirió la rubia, intentando aplacar los gritos de los Otto.

- Madison, estoy hablando con mi hermano. Tú no mandas en este rancho.

- Jake...

- ¡Tú no mandas en este rancho!- gritó el mayor, y sintiendo la mirada reprobatoria de Alicia y su hermano sobre él, abandonó la enfermería.

Alicia y Troy decidieron que sería mejor aplacar el estado violento de Jake, y siguieron sus pasos decididos, intentando que este entrara en razón. No había líder, no desde que las cosas con Walker se habían complicado y habían reducido el número de habitantes en el rancho.

- Madison tiene razón.- confesó en cuanto lo encontraron alejado de todos con la frente sudada y la mirada cansada.- Arma a todos los que no estén enfermos.

- Podemos hablar con Walker, podemos...- la castaña fue interrumpida por Troy, por culpa de la confianza ciega y el hacer tratos, Elizabeth estaba crítica con una puñalada en sus costillas y más de la mitad de la milicia estaba muerta.

- ¿Hablar? Hablar es inútil si no tenemos nada que ofrecer.- sin recibir la atención que quería de su hermano mayor, continuó.- Y ya les dimos nuestras reservas de agua, no tenemos nada.