[Como decir hasta luego] •Troy Otto•

44.

Los cinco muchachos se encontraban reagrupados en una pequeña ronda al rededor de la insignificante hoguera que Alicia había improvisado, Nick había decidido que sería una buena idea traer con ellos algo de comida para compartirle a su hermana y ahora todos cenaban en un horrible silencio incómodo. Para suerte de todos, Madison había equipado la camioneta con una carpa bajo el asiento que les serviría para pasar la gélida noche.

Elizabeth se había sentado con su amiga, y a su derecha su hermano mayor le pasaba un brazo por los hombros mientras miraba despectivamente a Troy. No sabía que había pasado entre aquellos dos, pero era obvio que si la pelirroja había subido a la cajuela animadamente y había bajado con una mirada homicida...era culpa del castaño.

- Alicia...esto es una locura.- Nick acabó con la expirada lata de atún en un santiamén, y ahora se lamía los dedos como si no se hubiera llevado algo al estómago durante días.

- He visto locuras...esto está bastante bien.- la castaña frunció el ceño luego de probar los frijoles enlatados que le habían obsequiado, estaban expirados pero no estaban tan mal.- Aunque esto si que es asqueroso.

- No tienes idea de cómo es estar aquí afuera.- su hermano era el único hablando con ella, los demás batallaban con sus miradas en el seguro silencio.

- Tú pareces haberlo manejado bien.

- Hay más seguridad en grupo, Alicia.- Nick ya comenzaba a sonar como su madre, hasta parecía que Madison lo había hecho practicar una especie de discurso.- Lo sabes.

- No lo sé, casi morí ayer. Y según lo que recuerdo, estaba rodeada de gente.

- Según yo recuerdo, si Bethie no hubiera estado ahí para ti seguirías dentro de esa porquería de armería.- Trevor no había probado bocado, pero ya estaba hasta la coronilla de las actitudes de la castaña. Primero, quería separar a su hermana de él y luego la desacreditaba completamente cuando había casi ofrecido su vida por la de su amiga.- No busco problemas linda, pero sabes muy bien que nadie funciona solo. 

- ¿Son ustedes hablando o es mi madre?- la muchacha le dio una mirada rápida a su amiga, la pelirroja clavaba su pequeño cuchillo en la tierra una y otra vez como si quisiera sacar broncas por algo.- Sobrevivir me está matando.

- Ella va a perder la cabeza si regresamos sin ti.- la pelirroja por fin habló, refiriéndose a Madison y su problema con separarse siempre de sus hijos.- ¿Por cuantas veces tendrá que pasar por la perdida esa mujer?

- Es verdad, mamá nos dejó venir con la esperanza de que vuelvas conmigo.- su hermano la miró a los ojos con intensidad, esperaba un apéndice de duda en el mirar de su hermana pero no lo consiguió. 

- Sé lo que intentas hacer. Te ha estado dominando desde que llegaste al rancho, estás tratando de redimirte. No lo hagas, Nick.- al notar que su hermano evitaba si quiera pestañear para no interrumpirla, prosiguió.- Te perdono, no me debes. Y no le debes a mama. Quizás lo sientes así, pero no nos debes. Tú mereces sacar todo lo que puedas de esta vida.

La noche ya había avanzado en el desértico escenario, pronto la hoguera que les daba mejor visión se consumió entre las cenizas y solo el sonido de los grillos rebotaban entre las paredes del taller abandonado. Elizabeth y Alicia yacían acostadas de frente dentro de la extensa carpa, sabían ya que todos dormitaban y que Troy montaba guardia frente a la locación así que la pelirroja se decidió por fin a hablar a solas.

- Lamento todo esto...Dios, no se si pueda separarme de ti.

Alicia mantuvo el aliento durante unos segundos, dudando acerca de como responder a su mejor amiga, quien según ella la había traicionado. El poco tiempo que había pasado sola pensó en como se habían desenvuelto las cosas, en lo inconsciente que había sido al obligar a Elizabeth a separarse de su hermano y la esperanza de una presa en la que pudieran por fin instalarse sanos y salvos. En el sumo instante en el que la irlandesa pensó por primera vez diferente a ella, las cosas se habían desmoronado para Alicia y ya nada sería igual.