24.

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Si bien aquella vez Troy había permanecido por la mañana con ella, Elizabeth decidió darle su propia medicina y largarse en silencio sin despertarlo. Se calzó sus botas ya estando en el pasillo para que sus pisadas no alerten a nadie que quisiera continuar durmiendo, y sin caer en la cuenta acabó en el espejo del final de las escaleras. Su cabello estaba largo hasta la cintura y algo enmarañado aunque seguía manteniendo aquel tono al rojo vivo que para nada le desagradaba, su vestimenta sin embargo era algo con lo que ya no tenía tiempo de lidiar y se notaba. Sus botas aún tenían lodo por más que las haya limpiado cientos de veces, el suéter de hilo rojo que tenía siempre lograba deslizarse por su hombro dejando ver el bretel de su brasier negro y sus pantalones negros rasgados estaban rotos por doquier. Su rostro tenía aún más pecas si aquello era posible y definitivamente seguía odiando su nariz, nada nuevo en su reflejo que le hubiera llamado la atención.

Una sonrisa boba se formó en su rostro al caer en la cuenta de que se había parado a pensar en algo tan ridículo como su reflejo o el largo de su cabello, quizá el hecho de ser más demostrativa con Troy estaba haciendo que actuara como una maldita adolescente otra vez.

Un segundo par de pisadas retumbaron en alguna habitación, no quiso quedarse ni un segundo más para averiguar de quien se trataba y no tenía ganas de enfrentarse a Madison luego de todo lo que había pasado. Las escaleras rechinaron frente a sus pasos desenfrenados y cuando doblaba por la esquina para huir de la casa por la cocina, se chocó de lleno con alguien.

- ¿Ellie?

- Sh, vamos.- sin esperar a que su amiga le respondiera o le pidiera que esperaran a Jake, tomó a Alicia del brazo y la arrastró fuera del lugar. 

- ¿Escapas de alguien?- la pregunta burlona de la castaña tuvo como respuesta un infantil empujón de parte de la pelirroja.- Yo si, Jake puede ponerse muy cariñoso a veces y no lo soporto.

- Tú te lo buscaste.- la risa de Elizabeth contagió a su acompañante, sus pasos las llevaron a las pequeñas elevaciones de pastizales y tierra que se encontraban a la frontera del rancho y divisaron a Taka de espaldas escarbando en la tierra lo que parecían ser tumbas.

Las miradas de ambas se encontraron con duda, sabían que Taka ahora era menos amenazante que la misma Madison, quien parecía haber tomado cierta alianza con el moreno... así que quizá si lograban ser algo amables y no sacar a lustrar su hostilidad cómo siempre podían sonsacarle algo de información.

- Pueden unirse si gustan.- el indio ni siquiera tuvo que darse vuelta para sentir que había más de una persona ahí con él.

- ¿Por qué no está tu gente contigo?- la pregunta de Alicia era provocativa, sin embargo a Elizabeth le pareció una buena forma de hacerle saber a Taka que no eran dos dulces niñas inocentes.

- Las exhumaciones son indecorosas.- explicó con paciencia Walker.- Nunca les conté lo que hice, es mejor que no presencien esto. Los muertos deben quedarse enterrados, no deben ser molestados.

- Entonces esta profanación los enfurecería.- dedujo la pelirroja, arrodillándose a un lado del indio mientras lo ayudaba con una tumba.- Como enfurecería a Troy la razón por la que su padre fue velado con un cajón cerrado.

Taka la observó a los ojos sin ninguna expresión, como si llevara practicando el arte de la paciencia desde hacía tiempo. Alicia le tenía cariño a Jake como Elizabeth a Troy, el moreno sabía perfectamente que debía andar con cuidado en aquel terreno.

- Quiero la paz, Elizabeth.

- Tienes que acudir a Jake para eso, no mi madre.- Alicia soltó sus pensamientos con ambos llenos de suma honestidad, su amiga estaba de acuerdo en que últimamente Madison no era la persona más coherente y pacifista como para buscar lo que el indio deseaba. 

[Como decir hasta luego] •Troy Otto•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora