43.

732 71 11
                                    

- ¿Esta eras tú en la secundaria?

Elizabeth le arrebató la pequeña fotografía que Troy había tomado sin preguntar de las manos, avergonzada por el pequeño recuerdo que guardaba entre toda la porquería dentro de su equipaje. Ahí dentro tenía libros, fotografías, comida y varios elementos de higiene que nunca había quitado de su bolso por si en algún momento debían huir. 

Ahora que se encontraban nuevamente en el exterior luego de la amena seguridad del rancho, el recuerdo de un comedor en donde te sirvieran el desayuno caliente o cultivos que cuidar de las pestes para luego comerlos en la cena era eso...solo un recuerdo.

Ahora solo tenían agua y latas de conserva, en la esperanza de que la presa de la que Víctor y Madison tanto hablaban fuera a valer la pena tanto como el rancho de los Otto. 

- En la Universidad.

- ¿Aplicaste para una Universidad?- Troy interrogó con brillo en los ojos. Parecía que aquel había sido el sueño de Troy, entrar en alguna universidad en lugar de ser obligado a aplicar en la militancia por su dictador padre.- ¿A cuál?

- La del sur de California.- se burló Trevor, creando una voz refinada mientras alzaba su dedo meñique antes de recibir un pequeño pellizco de su hermana en el brazo. El pelirrojo había insistido en ir con ellos en busca de Alicia, decía que viajar en medio de Madison, Walker y el sujeto que acababan de conocer sería una experiencia de lo más incómoda y prefería enfrentarse con la castaña antes.- Tenía una beca, era una cerebrito aunque la vieras con el cabello corto y esas ridículas camperas de cuero que usaba para parecer mayor. 

- Cierra la boca.- la muchacha le susurró al ojioscuro que reposaba en el asiento del copiloto. Nick manejaba mientras a ella y Troy les había tocado viajar en la cajuela de la camioneta juntos, luego de la pelea incómoda que les había quedado por resolver.- Tenía que mantener un promedio de al menos nueve para que mi beca continuara, al menos el apocalipsis me quito esa maldita carga.

- ¿Eras capaz?- Troy se sentó frente a ella en cuanto la otra asintió, abrazándose ambas piernas con sus trabajados brazos como un niño pequeño mientras esperaba entusiasmado a que la muchacha le relatara algo acerca de su vida universitaria.- Me expulsaron de la secundaria, mis notas eran un desastre y tenía...problemas de ira que según los directivos debía resolver.

- ¿Molestabas a los más pequeños?- se burló la pelirroja, sentándose a un lado de él mientras disfrutaba del característico calor que la piel de Troy le transmitía.

- No, ellos me molestaban a mi.- causando las risas de todos en el vehículo exceptuando al conductor, Troy prosiguió.- Cierto día simplemente me harté y golpeé a cada persona quien me había molestado cierta vez...como a media escuela, para resumir. Luego me expulsaron, y Otto dijo que debía aprovechar esa maldita ira en algún otro lado en el que si la necesitaran, allí es cuando él mismo llenó el formulario y me anotó en la milicia.

- ¿Podías negarte?- le preguntó la pelirroja, conectando su mirada intrigada con la del muchacho de ojos como el mar.

- Si lo hubiera hecho, me hubiera ganado una buena golpiza o me hubiera echado a patadas del rancho.- su confesión logró que Elizabeth corriera la mirada con respeto, sabía que causaría algo así en la chica y le estaba costando bastante abrirse con alguien cuando nunca lo había hecho antes.- ¿Y tú? ¿No quisiste volver a Irlanda?

- Jamás, luego de lo de mi madre nunca lo volvimos a considerar. Pero si quería quedarme aquí como extranjera, debía tener un buen antecedente. Así que apliqué a cual universidad me respondiera y terminé decidiéndome por la del Sur para poder estar cerca de mi padre y Trev. El bueno de Trev, luego el maldito aplicó para una universidad de biología marina a 20 kilómetros lejos de la ciudad.

[Como decir hasta luego] •Troy Otto•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora