Suministros

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Primer día de la contienda

Campo de batalla No: 0332

Ubicación: Playa árida en las costa este de las tierras Gurz.

Hora: 11:57:00 HRS

Escuadrón asignado Águila de Bronce

Líder del escuadrón: Sargento Alfonso Wood

Tres soldados quimeras se encontraban agachados escondidos detrás de los arbustos, esperando el momento ideal, la misión destruir la bodega de suministros de esa base, eliminando a la mayor cantidad de soldados posibles para una tarea así no se necesitaban muchos con ellos tres bastaba.

Los tres esperaban a la media noche a que ocurriera el cambio de turno, serían minutos indispensables en los que la guardia sería más baja y la infiltración sería más fácil, una vez hecho la explosión de la bodega de suministros era la señal para que el resto del pelotón avanzara y atacara al resto de la base antes de que pudieran usar los barcos y atacar las islas, ataque que estaba programado para el amanecer.

Para eso los hechiceros, veían todo a través de una bola de cristal, dos de los tres soldados estaban tranquilos, salvo el líder que parecía estar perdiendo la paciencia, sus dos compañeros que seguían sin comprender como es que lo habían asignado para liderar esa misión con lo agresivo y egoísta que era.

-vamos estúpido reloj ya cambia para comenzar a romper caras- susurró

Sus dos compañeros voltearon a verse entre sí.

-no entiendo cómo es que lo ascendieron con ese mal humor- dijo uno de ellos.

-yo no entiendo cómo es que mi hermana se enamoró de el-

-¿tu hermana se enamoró de el?- preguntó el otro, volteando a ver a Alfonso antes de voltear a ver de nuevo a su compañero- pues tiene un pésimo gusto para los hombres-

-¡¿Qué dijiste?!-

Ambos vieron como Alfonso reacciono de forma muy agresiva al escucharlos, al punto en que uno de sus ojos, comenzaba a ponerse negro.

-nada- se apresuraron a decir ambos ya sabían lo que ocurría si Alfonso se enojaba de verdad.

La atención del grupo volvió a enfocarse en los relojes que marcaron la media noche.

-es ahora-

Los dos compañeros de Alfonso se pusieron sus máscaras con capucha que eran de color negra, toda su ropa era negra.

-en esta vida o en la otra...- comenzaban a decir ambos pero ya era demasiado tarde Alfonso ya se había lanzado a la acción sin ponerse la capucha y ya estaba a medio camino entre los arbustos y la base.

-si morimos por su culpa matare al idiota que lo puso a cargo y a mi hermana también-

No quedaba de otra, los dos compañeros de Alfonso comenzaron a correr tras él lo más rápido que podía claro que lanzaron los hechizos de ilusión para que sus cuerpos no dejaran huellas, claro que Alfonso no lo lanzó y algo les decía que no conocía esos hechizos o que no los dominaba.

Cuando llegaron a la pared, Alfonso no se detuvo este comenzó a usar ambas manos y ambas piernas para escalar por la pared dejando huellas de arena por toda la pared.

-¿va en serio?-

Los dos compañeros comenzaron a usar un hechizo para subir por la pared usando solo las piernas sin dejar rastro de sus huellas.

Onward 3 : Los cuatro CastillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora