El tablero está puesto y las piezas se mueven, cada jugada debe ser bien pensada ya que cada batalla decidirá el futuro de muchos, en una guerra librada por dos bandos que alegan libertad y paz.
Un odio basado en el temor de una profecía que marca c...
Fue más que evidente que durante las siguientes dos noches Barley tuvo problemas para dormir al punto en que tuvo que tomas pociones para dormir, claro la preocupación lo superaba y por mucho en especial al no recibir noticias todavía de Ian.
Mientras que el elfo recorría las calles de regreso a la casa pudo a varias familias juntas cosa que le hizo sentir mal, era como si esa gente ignorara la guerra, claro que pasaron minutos antes de que recordara que ese país al que habían llegado no estaba en guerra, habían mandad tropas eso era verdad pero no habían tenido que recurrir a mandar civiles fue ahí cuando sus emociones comenzaron a calmarse al punto
Cuando Barley regresó a su casa fue su hijo Fénix cuando corrió hacia sus brazos para que Barley lo cargara lo que termino por alegrarle el día.
-campeón como estás-
-bien papi, abuelita Laurel y yo estuvimos dibujando y ella me mostro algunas fotos-
-¿así?-preguntó mientras que terminaba de cerrar la puerta una vez que entro por completo al departamento y avanzó hacia la puerta.
-oye vamos a los juegos-propuso el niño
Barley pensaba que talvez si necesitaba relajarse un poco, la tensión que había generado últimamente era muy fuerte así que le respondió al niño.
-de acuerdo pero déjame de comer por favor-
Media hora más tardes después de la comida, ambos elfos bajaron al área de columpios que estaba en los patios del complejo, claro ya era bastante tarde pero aún podían salir uso minutos, cuando bajaron aun había niños jugando ahí, algunos ya se estaba retirando con sus padres de regreso a cada departamento.
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Fénix comenzó a correr hacia los columpios, su padre fue hacia el para comenzar a empujarlo levemente para que el columpio comenzara a subir y a bajar, mientras que Fénix reía.
-¡Willow vuelve aquí otra vez!-gritó una mujer con el tonó en que Barley ya conocía y en lo personal no quería ni ver a quien hablaba buscando a esa niña pequeña- bonito día en que me vine aquí yo sola-
Barley hizo como que no la escuchaba y siguió jugando empujando ligeramente a niño para que se siguiera columpiando antes de hacerse un lado para que el columpio no le golpeará en las piernas.
Pasaron un rato así hasta que Fénix poco a poco fue dejando de columpiarse y cuando se terminó de detener el niño salto al piso antes de correr hacia la res baladilla, Barley esperando a que se subiera pero en lugar de eso el niño fue a la parte posterior de está dónde estaba agachada esa niña llamada Willow.
-ay no- dijo el padre cuando se asomó a ver que hacía Fénix debajo de ese juego y al ver a la niña, realmente no le molestaba que Fénix tuviera de amiga a ese niña el problema era su madre que siempre estaba de mal humor.
