El tratado

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Narra Alfonso

La caravana seguía su camino, Alfonso jamás había visto un despliegue de semejante magnitud, ese cetro debía ser el aparato mágico más poderoso del mundo y estaba siendo llevado hacia el objetivo final.

El cetro estaba siendo llevado por un carruaje que era jalado por pegasos, a cada lado de él lo acompañaban cuatro pegasos con sus jinetes, por encima de él estaban dos helicópteros y a la misma altura del carruaje volaban varios aviones, Alfonso se encontraba en uno de ellos, acompañado por sus compañeros o ex compañero viéndolos de esa forma.

Por lo que había visto cientos de metros debajo de ellos se hallaba otra caravana con tanques y vehículos en una formación diferente, vaya sí que no bromeaban con lo de la seguridad, y para rematar Alfonso había oído algo de que medio kilómetro enfrente de ellos estaban otros dos vehículos aéreos más.

El elfo volteó hacia un lado para ver como sus compañeros se habían quedado dormidos en sus asientos, claro que Alfonso ya tenía ganas de llegar a la base y terminar el con el hechizo.

-atención flota dragón, ¿Cuál es su posición?-

-Central estamos en el área veintinueve, listos para comenzar la maniobra de aterrizaje cambio-

-recibido-

Fue ahí cuando uno de los capitanes comenzó a despertar a todos los que se habían quedado dormidos.

-¿Qué sucede?-

-ya estaba despierto- dijo el que estaba más dormido

-nos atacan- reaccionó de forma muy irracional otro de los soldados-

-tranquilo nadie nos está atacando, solo se trata de que vamos a llegar- le respondió Alfonso mostrándose ansiosos.

La nave avanzó por unos segundos más antes de comenzar el descenso a tierra.

-bien ya llegamos ¿pueden desatarme?-

Nadie pareció escucharlo, todos tomaron sus posiciones, claro que habían atado al pobre elfo, el capitán Ludo le había dicho que era solo una precaución, aunque Alfonso creía que la verdad es que no querían que volviera a huir, aunque no tenía motivos para hacerlo.

Fue hasta que bajaron todos cuando el capitán Ludo, después de hablar por teléfono se le acercó para decirle que se levantara.

-puede caminar-

El elfo de verdad quería que lo desataran, pero contra su voluntad salió caminando del avión y bajo a tierra firme, ahí fue cuando por fin el capitán Ludo lo liberó, el elfo se acarició las muñecas y por fin pudo volver a moverse con libertad.

Habían llegado a una zona muy espaciosa, Alfonso volteó para ver ese lugar tan magnifico, pero no sabía qué lugar era.

-¿dónde estamos?-

-no tengo idea- respondió- solo me dijeron que tendremos que esperar ahí dentro, una vez hecho eso mantente callado y quieto, porqué esto es serio, ambos generales me lo dijeron letra por letra-

Alfonso volteó a ver como de la carroza sacaban la caja que contenía el cetro que era llevado en un pedestal cargado por cuatro personas.

-este... para que lo cargan entre todos esos, si no es muy pesado y que no tienen magia.

-no lo sé tradiciones que no entiendo, ahora procura no hacer ruido y cierra los ojos-

-¿para qué?- preguntó Alfonso mientras que comenzaron a caminar por el patio del lugar para entrar hacia el interior de esa base.

Onward 3 : Los cuatro CastillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora