Los cuatro castillos

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Narra Barley

-si no nos queda de otra-

-bueno hermanito si de verdad queremos llegar al fondo de esto y detener el mal de raíz tenemos que buscar información y está es la única fuente confiable-

-bien entonces bajemos-

Ambos hermanos bajaron de la furgoneta que habían dejado estacionada en el mejor lugar que pudieron encontrar antes de caminar por la acera hasta la entrada de la taberna.

-si nos recibirá-

-le hice una llamada por teléfono público-

Barley entendía a Ian y quizás entendía su inquietud ya dos encuentros con el mismo tipo, deducirlo era sencillo por el hechizo de la verdad.

-quizás debimos venir aquí desde el principio, desde que me llevaron-

-si no se me ocurrió- respondió Barley levantando la mano en la puerta para abrirla.

En el tiempo en que había pasado desde el cierre por "remodelaciones" había cambiado mucho, las paredes, las cortinas y las paredes ya no tenían ese aire de salón de fiestas infantiles, ahora las mesas era redondas y de madera no usaban manteles largos pero si individuales.

La mirada de Barley se fijó en las paredes superiores que estaban tapizadas con mapas de las tierras forestales, probablemente hicieron los dibujos mediante magia, antes de comenzar a fijarse en las armaduras, que parecían ser muy reales, que probablemente lo sean que estaban colocadas en pedestales y mientras continuaban avanzando Barley se fijó en unas estanterías colgadas en la pared que contenían trofeos, fotografías y logros que seguramente eran de Corey.

-justo como este lugar debió verse desde un inicio-dijo mientras pasaban a un lado de una mesa dónde estaban tres cíclopes bebiendo cerveza en jarras sirviéndose de un barril presumiendo a otros cinco clientes el cofre del tesoro que habían encontrado.

Ambos chicos pasaron a la barra dónde estaba un joven cíclope atendiendo.

-bienvenidos a la taberna de la mandrágora ¿en qué les puedo ayudar?-

Barley se aclaró la garganta para hablar de forma educada con la que le gustaba presentarse en esas circunstancias.

-buenas tardes, quisiera solicitar una audiencia con la manticora-

El joven que estaba de encargado puso cara de sorpresa, parecía como si nadie le pidiera hacer, eso.

-¿Qué sucede?-preguntó Barley.

-oh ya... lo siento ella está ocupada, vino alguien a preguntarle por no sé qué de una espada y una armadura-respondió el joven- llevan horas ahí arriba, puede que bajen dentro de poco-

-bien esperaremos- dijo Barley sentándose en la barra.

-¿Qué van querer mientras esperan?-

-una cerveza-respondió el elfo mayor

-tienes tu identificación-

Barley sacó su billetera y sacó su identificación para mostrársela al encargado y luego pidió la de Ian.

-soy menor de edad así que pediré algo que no sea alcohol, que tal un refresco- respondió Ian.

El encargado se dio la vuelta mientras que iba a la parte trasera de la tienda para ir por las botellas que le habían encargado.

-¿con quién estará?-preguntó Ian.

-quizás alguien que le pidió una búsqueda o algo así, escuché que mucha gente en lugar de irse de vacaciones se va de búsqueda o de cruzada-

Onward 3 : Los cuatro CastillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora