Las consecuencias de nuestros actos

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Trigésimo día de la contienda

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Trigésimo día de la contienda

Campo de batalla No: 0357

Ubicación: Bosque ubicado en la parte baja de un cañón en la zona central de Gurz

Hora: 20:16:00 HRS

Escuadrón Asignado: Águila de Bronce

Líder de escuadrón: Capitán Ludo

Los cuatro soldados quimeras se encontraban corriendo por el bosque aprovechando la gran espesura de los árboles, aunque sus pisadas hacían mucho ruido, este era amortiguado por el sonido de la fauna nocturna, grillos cantando, sapos, aves nocturnas búhos.

El capitán Ludo un ciclope dirigía al equipo, por petición de uno de los comandantes, no por su rango, si no porqué necesitaban a alguien que vigilara al Sargento Alfonso y quien mejor que alguien que conoció a su familia para esa tarea.

El cíclope levanto la mano para que ele quipo se detuviera, dos de los miembros obedecieron, pero Alfonso que por formación iba hasta atrás no se detuvo este siguió avanzando, pasando justo al lado de sus compañeros, el ciclope con suerte previno esto y estiró la mano hacia enfrente y ligeramente a la derecha para agarrar a Alfonso de la solapa del uniforme para jalarlo hacia atrás.

-indique deténganse- dijo con su voz cortante mientras que jalaba al elfo por detrás y lo triaba de sentada al piso que gracias al alto pasto era muy suave.

-¿Qué pasa hay que avanzar?-

-ni si quiera te has dado cuenta de que estás frente a un campo minado de hechizos de detección verdad-

-¿de qué carajos hablas?-preguntó de forma muy incredulidad

-mira hacia enfrente- señalo el capitán con la otra mano.

Alfonso miro hacia dónde apuntaba el capitán, enfrente solo veía árboles, fue ahí cuando el capitán, que traía un anillo mágico en su mano con la que señalaba hacia enfrente canalizó su magia para lanzar un hechizo, ese hechizo salió en forma de una luz azul que recorrió todo el área que estaba enfrente del grupo mientras la luz recorría comenzó a revelar una serie de aros morados con símbolos dentro de ellos.

-Toca esos aros, pasa por encima de ellos, rósalos con tu ropa, lanzarles un hechizo a corta distancia o haz un sonido ridículamente estridente y activaras una alarma silenciosa que alertará a nuestros enemigos de nuestra presencia-

-al fin alguien con sentido común está a cargo de este equipo-susurró uno de los otros dos

-genial sí que sepan de mi presencia, así podrán saborear cada segundo de mi venganza- respondió Alfonso enojado.

Onward 3 : Los cuatro CastillosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora