Narra Ian
El celular de Ian comenzó a vibrar y a dar el tono de alarma, el elfo se levantó para contestarlo, lo había dejado del otro lado de la habitación, cuando logro apagarlo, eran las seis y media de la mañana, vio que tenía un mensaje que había llegado cinco minutos antes que decía "El ataque será antes de las ocho pasaré por ti en unos cuarenta minutos".
Ian tardo unos segundos en reaccionar mientras que daba un fuerte bostezo, en eso se quedó pensando en el mensaje cuando por fin pudo terminar de despertar bien, sacudir su cabeza e ir directo hacia la pared para encender la luz.
Ian se quitó la ropa de dormir y se puso la ropa de viaje, primero se dirigió hacia el escritorio para ponerse la ropa, una mala combinación de colores de ropa, pantalones vaqueros, una playera blanca con bordado de los unicornios de hardvard, una sudadera gris y una chamarra de invierno de color negro
El elfo agarró una mochila, la misma que tenía desde la escuela, le había lanzado un hechizo de incremento de espacio interno para poder meter ahí otras diez mochilas más, una con la ropa, otra con documentos, comida, ingredientes para hechizos, libros y otras cosas, a cada una le lanzó hechizos incrementar su tamaño de forma interno, Ian agarró la mochila y se la colgó en la espalda antes de ir a la parte de atrás del departamento abrió una puerta, si estaba nervioso pero no era momento para dejarse dominar por el pánico y menos frente a él.
El elfo abrió la puerta de al final del pasillo, para entrar en una habitación infantil iluminada con una hechizo de luz que Ian conjuró el día anterior, el elfo camino hacia la cama dónde había un niño pequeño durmiendo muy tranquilamente.
La escena pudo haber sido conmovedora a no ser que Ian no tenía tiempo para distraerse, el chico se sentó en la cama antes de extender la mano y acariciar al pequeño elfo par que comenzara a despertarse.
-Fénix...- Ian intentó parecer no muy alterado- Fénix despierta-
-mmmm- respondió el niño entreabriendo los ojos, señal de que no quería despertarse.
-hijo tenemos que irnos-
El niño lanzó un gemido mientras que se levantaba quedando sentado en la cama aún con los ojitos cerrados.
-¿a la escuela?-
-no Fénix no iremos a la escuela hoy-le respondió Ian al niño.-ya te lo había explicado acuérdate-
Fénix dio otro gemido mientras que daba un bostezo muy grande.
Ian vio el reloj, no tenía tiempo para eso.
-despiértate ya sí, no tenemos mucho tiempo- dijo poniéndose de pie mientras que agarraba de entre el guardarropa del niño la ropa que ya había agarrado para él.
Fénix volvió a bostezar, mientras que resbalando las piernas comenzó a recorrer la cama hasta llegar al borde y dar un ligero salto hacia el piso.
-Fénix cuantas veces te he dicho que no pises el piso con los pies descalzos.
El niño comenzó a rascarse la barbilla pensando.
-toma vístete- le dijo Ian poniéndole a la mano la ropa.
El niño sin comprender por qué, se desabrocho los botones de la pijama para quitársela y se puso la camisa de cuadros azules y negros, se bajó los pantalones de su ropa y se puso los pantalones de mezclilla que Ian le dejó a la mano, se puso los tirantes que el pantalón traía, después se puso los calcetines, al revés, seguido de los zapatos, los cuales no sabía cómo atarse las agujetas.
-papá-
Ian intentando no impacientarse se agachó enfrente del niño para atarle las agujetas.
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Onward 3 : Los cuatro Castillos
Hayran KurguEl tablero está puesto y las piezas se mueven, cada jugada debe ser bien pensada ya que cada batalla decidirá el futuro de muchos, en una guerra librada por dos bandos que alegan libertad y paz. Un odio basado en el temor de una profecía que marca c...