Capítulo 16: Burlas del destino

668 65 1
                                    

No le temo a nadie, pero el respeto no me falla y tal vez eso me juegue una mala pasada ahora. Pero no puedo evitar quedarme inmóvil ante su mirada, sus ojos negros me juzgan y no es para menos, bajo sus principios no soy más que una vil traidora. Respiro hondo cuando se acerca y espero lo peor, de hecho, me sorprende que haya tardado tanto. Me conoce demasiado bien y justo ahora, no sé si es algo bueno.

—Alessandra —pronuncia mi nombre con detenimiento y evidente enojo.

Trago grueso y resopla. Su expresión es de ira absoluta y se nota tenso, mi cuerpo trata de moverse, pero en segundos tengo su mano rodeando mi cuello y mi corazón va a mil. Intento de zafarme de su asfixiante agarre, pero es más fuerte que yo.

—Suéltame —pido tratando respirar.

—¿Quieres que te suelte? —pregunta y asiento en busca de aire. Pero me levanta del suelo haciendo que pequeñas manchas aparezcan en mi visión y en segundos, una ola de dolor atraviesa mi cuerpo cuando mi espalda impacta con el suelo rocoso.

—¡Maldición! —exclamo removiéndome.

—¡¿Cómo puedes ser tan estúpida?! ¿En serio creíste que ibas a librarte de tu castigo así de fácil? Pensé que eras más inteligente, Alessandra. Te condenaste por un chico del cual solo conoces su nombre y un niño ¡Un maldito niño! Creí que eras fuerte, que eras inteligente, fría y calculadora. Pero un niño logró controlarte, es increíble —suelta con rabia mientras yo gruño por las punzadas de dolor que atraviesan mi torso.

—¡No iba a matarlo con el niño ahí! —grito y me suelta una risa amarga.

—¿Por qué que simplemente no lo llevaste a otro lugar? —pregunta acercándose y yo con ayuda de mis brazos me arrastro alejándome de él.

—El niño se quedaría solo —respondo y mira a la nada con la mandíbula tensa.

—¿Qué te hace creer que sobrevivirán? —inquiere mientras yo trato de levantarme, pero el dolor me lo impide.

—Yo los protegeré —suelto y ríe. Camina hasta mí y tomándome de las solapas de mi chaqueta me levanta.

—¿Arriesgarás tu vida por unos desconocidos? —dice y lo miro a los ojos.

—Eso es lo que he hecho siempre, ¿Qué cambia? —inquiero y veo como su mandíbula se tensa aún más.

—Solo mátalo y pide perdón —masculla y niego de inmediato.

—Ya lo he dicho, no los mataré. No me importa si tengo que arriesgar mi vida por protegerlos.

—¿Por qué te arriesgas por ellos? ¿Te gusta el chico? —pregunta totalmente incrédulo y rio.

—No, lo hago porque a diferencia de ti, yo sí tengo pantalones para enfrentarme a Abramio —Él ríe dejándome en el suelo.

—¿En serio? ¿Qué te hace creer que no te matará, que no lo haré yo? —pregunta y sonrío.

—Ya lo hubieras hecho, ¿No, Cecilio? Pero en vez de eso, me dices que ruegue perdón, cosa que jamás haré —susurro y con mi brazo rodeando mi costado camino hasta él.

—Juegas del lado equivocado.

—¿Por qué no me ayudas? —pregunto y me mira con los ojos llenos de rabia.

—Porque, así como tú tienes tus principios, yo tengo los míos —responde y frunzo el ceño—así como tú no puedes matar a ese niño, yo no puedo traicionar al que me ha dado de comer toda mi vida.

—No es así.

—Ya lo estoy traicionando lo suficiente al no decirle donde estás. Si no vas a pedir perdón, escóndete, escóndete muy bien, Alessandra. O te matará.

SICARIA [Codicia #1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora