Capítulo 9: Misterioso traidor

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— ¡Quien ha permitido esto! —ruje uno de los jefes haciéndome sobresaltar.

—¡Esto se veía venir, ¿Por qué nadie estaba preparado?! —grita Flavio y me remuevo en mi sitio.

—¿Adriano? —pregunta Abramio mirándolo fijamente.

—Señor.

— ¿Dónde estabas? —pregunta Abramio y un escalofrío recorre mi cuerpo.

—Le aseguro que hice todo lo necesario y...

—Qué raro, Adriano. El jefe de seguridad no estaba presente cuando atacaron y por casualidad no había guardias en la entrada sur —dice detenidamente Flavio, por fin levanto la cabeza y veo como Adriano lo mira de mala manera.

—No soy ningún traidor —dice Adriano con severidad.

—En este mundo nadie es completamente leal —suelta con sorna y niego.

—Usted también hace parte de este mundo, ¿Qué insinúa? —contrataca Adriano, rojo de la ira.

—Adriano —susurro con los dientes apretados.

—Porque para que lo sepa tan bien, debe haberlo vivirlo en carne propia —Me ignora y veo como Flavio se levanta, ofendido.

—¡¿Insinúas que soy un traidor?! —ruje y Cecilio da un paso al frente.

—No, solo saco conclusiones por lo dicho por usted —responde tranquilamente y el sonido de una risa inunda el lugar, me giro hacia el origen y me encuentro con la cara divertida de Antonella Belucci.

— ¿Y tú que haces aquí? —pregunta uno de los jefes más jóvenes.

—Más respeto —exige Abramio y el hombre clava la mirada en la madera de la mesa.

—En respuesta a tu pregunta —habla la mujer entrando a la sala—es mi casa y si a algunos de ustedes les molesta mi presencia, es mejor que se vayan, porque de aquí no me voy —dice para después sentarse lentamente a un lado de su marido.

—Bueno, no olvidemos el tema —habla Flavio.

—No veo cuál es tu problema con el chico, es más probable que ustedes sean los traidores —habla Antonella y veo a Flavio apretar la mandíbula.

—Adriano a veces es un inútil, pero no lo considero un traidor, lo importante ahora es acabar de una vez por todas con esos bastardos —agrega haciendo un gesto con la mano.

—¿Qué haremos? —pregunta uno de los jefes que se había mantenido en silencio.

— ¿Cecilio? —pregunta Abramio mirando al hombre fornido de tez negra.

—Necesitaré unos días para planear un golpe certero —responde este y Abramio se levanta.

—Entonces nos veremos cuando todo esté listo —habla y todos asienten con la mirada gacha antes de salir de la habitación.

Veo a Adriano salir mirando fijamente a Flavio y trato de seguirlo, pero la voz de Abramio me detiene y me giro en su dirección, la mujer aun está con él, pero no parece estar feliz.

—Alessandra, necesito que me digas lo que pasó con Bianca —pide Abramio y frunzo el ceño.

—No comprendo a qué se refiere.

—Antonella me ha dicho que la golpeaste —informa y miro a la mujer que solo sonríe.

—No, señor.

—No lo niegues, sé que lo hiciste cuando la acompañaste a la tienda. Deberías tener un poco más de respeto por la futura líder —habla la mujer y frunzo el ceño.

SICARIA [Codicia #1]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora