Error [YoonMin]

Veintisiete🍃

El regreso a la manada de Busan era ese misma mañana. NamJoon los esperaría en la estación.
La abuela de YoonGi se despidió de la familia con muchos abrazos, asegurandoles que estaría bien, y que cuidaran de esos pequeños cachorros, que cualquier cosa les informaría. La Alfa estaba encantada con la lobita, y su emoción al repetir el apellido Min, agradece a la Luna que le permitió ver a YoonGi y a su pareja junto a su cachorra.

La mujer los vió partir por entre la espesura del bosque hasta no verlos mas. Suspiró y entró a su cabaña de nuevo, sus nietos estaban sufriendo, y ella se sentía atada de manos. No había mucho que ella pudiera hacer. Su tiempo estaba llegando a su fin, y eso la preocupaba. Esos cachorros sufrirían por las decisiones pasadas, y se reprende constantemente por la forma en la que su hijo actuó.

YoonGi iba rumbo a la estación, convertido en lobo, vigilando que nada les pasara a su Omega y cachorros. Prefería viajar en su forma animal, porque aunque el bosque en esa area ya no era territorio de Daegu, era un terreno compartido entre dos manadas, y preferiría no exponer a su Omega y cachorritos. Y convertido en lobo, YoonGi era mas ágil y hábil, podía atacar ante cualquier amenaza que se acercara.

JiMin le iba enseñando todo lo que captaba la atención de Hyangie, la pequeña cachorra estaba emocionada por los sonidos de las hojas de los árboles moviendose al compas del viento, de los zumbidos que sus orejitas captaban, del canto de las aves que se escuchaban en esa bonita y cálida mañana. Hacía soniditos graciosos y movía sus manitas como esperando ser dejada sobre la fresca hierba verde, pero su papá Omega no la soltaba, le daba esa bonita sensación de seguridad pero ella quería jugar con su papá Alfa.

- ¿Sería correcto dejar que Hyangie se transforme?- preguntó viendo al lobo Alfa que le miraba con esos ojos grises destellando. Haciendo notar que tenía toda su atención.

No lo sé... estamos en territorios ajenos y si nos descubren pueden lastimarlos...

- Papá Yoonnie dice que es peligroso...- le dijo a la pequeña que le miró con un puchero- Luego podrás jugar con papá, Hyangie...

JiMin besó las mejillas de su niña, quien rió, y siguió observado todo a su alrededor.

El camino iba tranquilo, hasta que JiMin sintió que ya no daba mas.

Omega... ¿que tienes?

El Alfa lo miró y rodeó con su cuerpo dejando tanto a JiMin como a su cachorrita en el centro. JiMin se apoyó en el cuerpo de su Alfa, descansando un poco su peso sobre su pareja.

- Estoy mareado...- susurró. YoonGi cambió rapidamente a su forma humana y se puso un pantalón. Buscó la sombra de un árbol y apoyó a JiMin junto a sus raíces, parecía un árbol bastante antiguo, las raíces eran muy grandes y su follaje muy ancho.

- Espera aquí, debo perder nuestro rastro...- JiMin asintió, se sentía realmente exhausto. Su cachorro le estaba pasando factura de ese viaje.
YoonGi corrió y esparció hojas por todo el camino en un radio de dos kilometros para perder sus huellas y disipar un poco su aroma y el de su pareja.

Llegó junto a su pareja, Hyangie estaba sentada en el tierra vigilando a su papá Omega. Le miró y le señaló a JiMin quien se veía muy cansado y parecía estar sudando.

- ¿Dónde duele, amor?- preguntó YoonGi buscando en el bolso que llevaban, un paño para limpiar el sudor de la frente de JiMin. Hyangie solo estaba sentadita junto a su papá Omega, su lobito le decía que debía protegerlo al igual que su papá Alfa.

- Solo estoy cansado- susurró. YoonGi asintió y le dió agua.

Omega, no debo exponerte...