Cuarenta y Tres🍁

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El camino por el bosque fue largo.
YoonGi y JiMin iban rodeados por la Guardia. JungHwa y SuMin dirigían al grupo de Alfas, Deltas y Betas.

Los de mayor rango militar, hablaban de lo que había pasado en sus Manadas los últimos años.
Sorprendiendose de saber que habían ocultado sus identidades para sobrevivir ante los demás.
Los Wang y Lee, habían tenido muchas dificultades cuando las Manadas comenzaron a hacerse mas grandes, buscando un territorio para poder protegerse de las manadas y lobos que solo abusaban de ellos y de sus facultades. Al igual que los Jung, los Kim y Min fueron los primeros en tenderles una mano y darles un lugar para que pudieran crecer y servir a todas las demas Manadas de la región. Los Park se encargaron de darles la bienvenida haciendo una densa vegetación de la cual podían gozar y disfrutar transformarse cuantas veces quisieran, y algunos de sus Lobos no volvieron a transmutar a humano, quedandose como vigías nocturnos...

HyunGi iba al lado de su pareja, tomando su mano y cargando una pequeña maleta con sus cosas mas importantes. YoonGi había estado reacio a que siguiera en Daegu. Pero no entendía la magnitud del asunto en ese momento.

Hyangie iba en los brazos de su padre Alfa, mirando a todos lados y cautivando el corazón de los Guardias que iban con ellos, la pequeña era una dulzura a simple vista, pero toda una Alfa, si se trataba de defender a sus padres.

JiMin iba aferrado a uno de los brazos de YoonGi. Con curiosidad y un poco de nervios, ya que junto a YoonGi el miedo no existía. Se sentía su seguro y su Omega lo confirmaba cada vez que su Alfa le dirigía la mirada. Solo se encontraba ansioso.

- Estamos a unos metros de llegar...- SuMin anunció, su posición hacía que los demas Guadias le tuvieran respeto, a pesar de ser un poco mas joven que ellos.

YoonGi asintió. Su Lobo se sentía orgulloso y de alguna manera, algo se movió en él al ver el refugio, y la belleza al entrar por esa trenza de plantas colgantes y los Lobos que caminaban por allí con total parsimonia y tranquilidad.
Al notar su presencia, los murmullos de exclamación no se hicieron esperar por ninguno.

SuMin habló con un Lobo Anciano, y le pidió que le dijera dónde se encontraba el Guardián de los Wang. YoonGi sujetó mas cerca de sí a su Omega y cachorrita.

Pero antes de que el Lobo Anciano pudiera hablar y saludar con respeto a los Líderes Min. Un hombre con edad madura, entre los treinta y cuarenta años apareció entre la multitud.

- Líderes Min- saludó haciendo una reverencia que fue correspondida por YoonGi- He estado esperando su llegada desde hace varios años... la Luna me dijo que lo vería...

YoonGi y JiMin no pudieron evitar su sorpresa y la Guardia hizo una reverencia ante el hombre.

- Mi nombre es Jackson Wang, Guardián de la Manada Wang, y consejero de los Líderes de la Manada Min, es un honor tenerlo entre nosotros de nuevo...- anunció el desconocido delante de ellos.

YoonGi extendió su mano, haciendo que el hombre la estrechara la propia, con él. Dejó a su hija en brazos de su pareja y miró al hombre frente a él.

- Necesito que me diga todo lo que sabe...- YoonGi dijo serio pero sin ser intimidante o grosero, solo presentando la urgencia del asunto a tratar- La vida de mi Omega y cachorros depende de ello.- aseguró.

Se hizo a un lado para que el hombre mayor mirara a JiMin y a su cachorrita. Y evidentemente el vientre del Omega asegurando la existencia de su segundo cachorro.

- Omega Líder... su fortaleza es admirable- Wang sonrió. JiMin hizo una pequeña reverencia con una sonrisa amable.- Hablaremos en el Salón del Consejo...

YoonGi asintió y siguieron al hombre mayor. Llegaron a un lugar entre un círculo de árboles, altos y frondosos, remarcados con un verdor excepcional. Un espacio en el centro, que era iluminado por los tenues rayos solares de la mañana, se sentía cálido y acogedor.
Aunque no era la idea de Salón del Consejo para YoonGi, pero sentía a su Omega feliz y emocionado, cómo si se sintiera en un hogar.

- Me imagino que a esto se refería Hyo, los Park cuidaron de todos y algunos no se perdieron...- YoonGi dijo, recordando las palabras de la Alfa. JiMin asintió ante sus palabras, había algo que le hacía sentir un ambiente familiar.

Wang hizo que se sentaran en unos troncos, la Guardia se quedó alrededor del espacio fuera del centro del lugar, y solo YoonGi junto a JiMin se sentaron frente a Jackson. El silencio era un poco denso. Y Hyangie solo observaba a su papá Omega, quien acariciaba sus mejillas y la mantenía entretenida.

SuMin se quedó junto a JungHwa observando a unos pasos mas retirados de la Guardia. Y HyunGi sostenía la mano de su pareja.
Ambos miembros de la Guardia, planeaban alguna estrategia para guardar a los Omegas y cachorros de los rebeldes, no podían fiarse, pues no podían confiar en todos.

Wang miró a YoonGi y luego a JiMin, para luego reír de la emoción. Tanto tiempo esperandolos, y los tenía enfrente que ni siquiera sus acciones eran tan coherentes como quisiera.

- Su hija ha crecido muy bien, protegerá a sus hermanos- fue lo primero mencionado por Wang, con voz calmada a pesar de que la cachorrita le mostraba sus pequeños colmillos. La risa de ese Lobo la había puesto alerta, nunca había escuchado a nadie reírse tan raro. Su padre Alfa la miró con una sonrisa y orgullo. Mi cachorrita es tan linda... YoonGi asintió ante las palabras de su Lobo.

- ¿Hermanos?- JiMin llevó una de sus manos a su vientre, tocandolo, sintiendo a su Lobo emocionarse ante la idea y la alegría de llevar mas cachorros de su Alfa.

- Pero... ¿y mi infertilidad?- YoonGi preguntó- Tuve que irme de Daegu por ser la vergüenza de la manada y que no podría dar ningun heredero...

El silencio no fue de ayuda para la pareja de jóvenes. JiMin trataba de regalarle tranquilidad a YoonGi por el lazo, lo seguiría diciendo cada vez, su Alfa era valiente y único, dedicado y amoroso, a él no le importaba no llevar cachorros, su Omega aceptó a su Alfa en ese momento en el cual se vieron, cuando se sonrieron, cuando ambos se sonrojaron, cuando salieron por primera vez juntos, cuando sus Lobos se sintieron cómodos con la compañía ajena.

JiMin nunca se arrepentiría de la decisión que tomó aquella tarde, y mucho menos del anillo que portaba orgulloso, de la marca en su cuello que lucía galante para la mirada de su Alfa. JiMin estaba orgulloso de ser el Omega de YoonGi, un Alfa que a pesar de la presencia que emanaba no dejaba de ser el mismo chico que le cuidaba y amaba con el alma.
Y mayor muestra de eso, era Hyangie y su cachorrito o quizás cachorritos...

- Nunca fuiste infértil, YoonGi...












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Sorpresa...

Error [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora