Cuarenta y Ocho🍃

6.2K 866 76
                                    

La Luna Roja estaba dando su aparición en el manto oscuro del cielo, la mayor parte de Lobos se encontraban junto a sus parejas, destinados en su mayoría. Los cachorros en cada Manada dormían profundamente, sin signos de despertar.

Cada Lobo se veía afectado según su edad, los cachorros dormían y las parejas eran quienes se veían afectados en su deseo de unirse con su pareja, existía una necesidad de amarla y renovar su marca.

YoonGi estaba sentado en la sala, mirando por la ventana, cada Guardia Beta, que eran mas tolerantes, se quedaron alrededor de la casa donde él y su Omega se encontraban. Hace unos minutos SoHyang había caído dormida y descansaba en su propia cuna, con su trajecito abrigador y la manta que la Manada Wang le había regalado.

JiMin le miraba desde el pasillo que conectaba con las habitaciones, con una de sus manos acariciando su vientre. Se acercó hacia YoonGi, motivado por su Lobo, se sentó a su lado y tomó una de las manos de su Alfa para llevarla hasta su vientre.

- Nuestro cachorro te extraña...- dijo el Omega sonriendo, dejando que su aroma embriagara a su pareja.- Yo te extraño..

YoonGi le miró con una sonrisa débil, sentía miedo, no quería lastimar a su Omega de ninguna manera, ni siquiera con la marca, su Lobo estaba inquieto, anhelando el momento para marcar a JiMin, de nuevo.

- No quiero lastimarlos...- YoonGi susurró ante la mirada interrogante de su pareja- Yo... solo estoy preocupado... quizás, estoy nervioso...

JiMin le miró con una sonrisa que destilaba dulzura y comprensión.

- Sé que no nos lastimarías... lo sé muy bien, amor...- JiMin le dijo, levantándose y tomando la mano de YoonGi, para dirigirse hasta la habitación que tenían temporalmente.

- ¿Hiciste un nido?- preguntó YoonGi al ver la habitación, la cama estaba llena de las ropas de ambos, y las sábanas.

Mi Omega hizo un nido para nosotros, voy a llorar...

- Lo hice... te extrañaba, aunque estuviéramos cerca... solo quería tenerte a mi lado...- JiMin respondió, haciendo que YoonGi entre con él al nido.

Ambos entraron, YoonGi acariciaba la piel del vientre de JiMin, dónde percibía los leves movimientos de su cachorro, sonríe al saber lo afortunado que es. Dirige su mirada a los ojos de su Omega, y éstos cambian a un tono verde y jade. De inmediato los ojos de YoonGi cambian a platino con un destello dorado en su iris.

Lentamente, con miedo de lastimar a su pareja, se acerca para besarlo de manera dulce, y antes de que pueda detenerse, JiMin esta bajo su cuerpo.

Las caricias en sus cabellos y hombros no se detienen. JiMin no desea soltarlo, se aferra a su cuerpo... la Luna Roja ha impactado de lleno en el cuerpo del Omega.
El Alfa al abrir sus ojos y mirar el sonrojo en el rostro de su pareja, sin dejar de besarle, cede totalmente.

Con sus manos eleva las prendas que cubren vientre y pecho de su Omega, hasta sacarle la camisa, dejandolo expuesto.

- Mi Omega...- susurra y besa su cuello, dejando salir sus colmillos, solo un poco, para rozarlos con la marca ya hecha.

JiMin jadea levemente al sentir las manos de su Alfa sobre su cuerpo, los labios sobre la piel desnuda de su hombro, y el hecho de sentirse protegido al tenerlo sobre su cuerpo, era una sensación satisfactoria.

- Nuestro cachorro...- YoonGi volvió a susurra cuando tuvo sus labios besando el vientre de su Omega. JiMin tenía sus manos, presionando en los hombros del Alfa, estaba muy sensible, su vientre era una de las áreas mas sensibles y delicadas de su cuerpo. Y tener a su Alfa acariciando y besando la piel de esa zona, le hacía sentir un Omega deseado y amado por su Alfa, era una sensación de plenitud, que solo se experimentaba con su pareja, cada vez que el Omega gestaba un cachorro.

YoonGi se irguió solo para desnudarse y terminar de desnudar a su pareja sonrojada. JiMin miraba los ojos de su Alfa, como aquella vez en la cual lo tomó en su noche de bodas, cuando sus celos se adelantaron.
JiMin se sentía demasiado maravillado, con cada roce y caricia que YoonGi dejaba su piel, la delicadeza y el amor se sentía hasta en el más mínimo contacto.

El destello plateado de la Luna se reflejaba a través de la ventana de la habitación, pudiendo permitir a ambos admirarse como la primera vez que nacieron.

Con paciencia y mucho cuidado se acomodó sobre el cuerpo de su pareja, teniendo en cuenta a su cachorro, que estaba creciendo rápidamente en el interior de su Omega.

JiMin atrae el rostro de YoonGi para besarle nuevamente, con calma, no había prisa en ninguna de sus acciones, simplemente habían decidido amarse esa noche, como siempre lo habían hecho, con demostraciones diferentes.
En dónde el deseo de marcar el cuerpo ajeno, con besos y caricias, era prioridad.

YoonGi con cuidado de no lastimar a su Omega y cachorro, llevó una de sus manos a la entrada de su pareja, dilatando con cuidado y paciencia.

- Dime, ¿se siente bien, amor?- el Alfa preguntó, mirando a su pareja a los ojos, ese verde lo tenía hipnotizado a él también.

- Alfa...- JiMin jadeó soltando un gemido bajo. Su respiración estaba volviendose pesada, necesitaba que YoonGi lo marcara en ese momento.

YoonGi sonrió, su pareja estaba bien, ningun signo de dolor, el lazo le hacía sentir ansioso y anhelante a partes iguales. En esos momentos no había nada mas perfecto que amar a su pareja mediante de caricias y sutiles roces entre sus cuerpos desnudos.

JiMin tenía una de sus manos, presionando el hombro de YoonGi y la otra entre los oscuros cabellos de su Alfa, eran de un oro negro puro y reluciente, suave y en esos momentos, parecía complacido por tenerlo allí, dando leves tirones a sus oscuras hebras.
YoonGi soltaba pequeños y graves jadeos cada vez que su Omega presionaba ambas manos sobre su cuerpo, con sus susurros... con esa forma tan dulce de llamarlo Alfa...

Siendo manejado por su Lobo y dejando que esos ojos platinos y blanquecinos, observaran a su pareja, JiMin abrió sus ojos, dejando ver el jade reflejado en ellos.

- Volví, Omega...- susurró el Alfa. El Omega sonrió y acarició los cabellos de oro negro de su pareja.
Entrelazó sus dedos en esas hebras oscuras y brillantes.

- Alfa... regresé...- respondió el Omega con voz temblorosa. La luna se encontraba en su punto mas alto. Todo se detuvo para ellos en el momento en el cual YoonGi marcó a JiMin de nuevo.

Sus colmillos renovaron la marca hecha hacía casi siete meses atrás, se hundieron en la suave piel de su pareja, disfrutando de su aroma, de la forma en la cual su Omega portaba orgulloso el aroma de su Alfa, que le reconfortaba y le aseguraba protección y seguridad.
De esa mezcla entre la leche y miel, junto a las moras y manzanilla junto al jengibre, y el lejano aroma a tostado. Esos aromas que el Alfa amaba con totalidad.

Cerró sus ojos un momento, inhalando todo lo que podía del aroma de su pareja y cachorro. Sonriendo y con amor, limpiaba la herida hecha, no quería que su Omega sufriera en demasía, no deseaba dañarlo de ninguna manera.

- Estamos devuelta Omega... voy a cuidarte, a ti... a nuestros cachorros...- susurró besando cerca de la oreja de JiMin, y con una mano acariciando el vientre donde descansaba su hijo.- Esta vez, nadie podrá separarnos...

- Alfa...- JiMin habló mirando a su pareja, dejando que YoonGi tocara su cuerpo, lento y despacio, en una manera de decirle lo mucho que lo había extrañado.

- Sigues siendo hermoso... muy hermoso... en esta vida y en las próximas espero que vivamos mucho tiempo juntos...- una promesa, dicha con la Luna siendo testigo de ello. Sonriendo pues sus cachorros al fin tendrían esa felicidad que les fue arrebatada aquella tarde.

El pequeño Omega junto a su Alfa, sonrieron y se abrazaron, sonriendo con el corazón y el alma, tranquilos de saberse juntos de nuevo, con un Alfa emocionado de tener seguro a su Omega y cachorros.

Después de todo, así debió ser desde el principio...

Error [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora