Cuarenta y Dos🍃

7.5K 887 75
                                    

JiMin despertó cuando los rayos comenzaron a infiltrarse por la ventana de la habitación donde se encontraba. A su lado, YoonGi dormía abrazandolo y con su cachorrita durmiendo sobre él.
Con una sonrisa acarició el rostro de su pareja.

La noche anterior recuerda que YoonGi había salido y estaba tan dormido que ni siquiera lo sintió llegar. Sonrió y se acomodó abrazando al mayor por la cintura, estaba seguro que debían emprender el viaje. Aunque debían desayunar. La noche anterior no cenó, solo había comido un poco en el transcurso de la tarde, SoHyang si comió en la madrugada, lo supuso por los platos que estaban en la mesita de noche.
Le agradecía a YoonGi de cuidar esos detalles. A veces su cachorrito succionaba toda la fuerza que tenía, todas sus energías, el cansancio era algo común para él. Y sentía como su Alfa trataba de darle fuerza y ánimo.

YoonGi era un Alfa al cual admiraba. Y aunque ahora tenían otras prioridades, cómo por ejemplo descubrir el pasado y saber estar prevenidos para un futuro que cada vez se veía mas cerca, no dejaba de ser el Alfa sencillo que lo enamoró con notitas y pastelillos.
Notas y detalles que aún en esa situación no dejaba de recibir.

JiMin agradecía a la Luna el hecho de tener un esposo como YoonGi, un compañero como su Alfa. Siempre era atento, amable y cuidadoso, y todos los días le recordaba que lo amaba. JiMin esta concentrado en mirarlo hasta que siente hambre. La noche anterior se sentía tan cansado y el hecho de casi perder a su cachorrito le daba un miedo que le aterraba de manera monumental.

- Amor...- la voz de su Alfa se escucha en la habitación y mira como Hyangie frunce su naricita al saberse despertada. Un gesto identico al de su pareja cuando tiene que levantarse muy temprano.

- Yoon...- susurró con una sonrisa. Dejando que el aroma de YoonGi, se mezclara con el suyo.

- Debemos irnos, hay mucho por hacer...- el Alfa dice sin abrir sus ojos- ¿Cómo te sientes?- preguntó y esta vez mirando a su risueño Omega.

- Estoy bien, nuestro cachorrito esta bien y emocionado...- JiMin respondió. Sus Lobos estaban tan contentos por tener a su pareja y cachorros bien y tranquilos.

Hyangie se había despertado en la madrugada, ya que la pequeña tenía hambre y con la ayuda de su abuela, le prepararon unas manzanas hechas puré. Su lobita lo comió todo y le hizo sonreír y su Lobo se sentía muy bien cuidando de sus bebés.

JiMin se levantó y tomó el bolso para cambiarse la ropa, se sentía extraño pues no había podido tomar una ducha la noche anterior. YoonGi se levantó y dejó a su pequeña niña sobre la cama, rodeada de almohadas para evitar una caída.

Ambos se ducharon rápido, la habitación contaba con su servicio de agua, y no debían llamar a nadie.
YoonGi rozó la piel de JiMin con cariño y le ayudó a vestirse con tranquilidad, JiMin se dejó hacer y sonrió ante las caricias de su pareja.

Afuera de la habitación, los Guardias estaban esperando mirando como muchos otros mas corrían de un lado a otro. HeeChul estaba comenzado el proceso para separarse de su Omega.
Los gritos histéricos de ShynIn se escuchaban por todos los pasillos, la Omega renegaba una y otra vez.

HeeChul, tenía un semblante tranquilo, su lobo estaba sumido en la tristeza. Se había equivocado todo el tiempo, ni siquiera sabía que su hijo menor ya estaba enlazado con una Alfa de otro lugar.
No sabía nada. Era ignorante de todo a su alrededor, y eso le dolía mas a su lobo.

- ¿Te encuentras bien?- preguntó la Alfa mayor. HeeChul miró a su madre, con esa característica delicadeza y fortaleza que la resaltaba siempre.

- He estado mejor...- el Alfa dijo con voz tranquila- Creo que ocultar su rechazo por mucho tiempo fue mas doloroso...- HeeChul suspiró y miró los documentos dispersos en su escritorio.- Ni siquiera sabía de la alerta en la frontera, y yo estaba ocupado en algo que no valía la pena, tuviste razón desde el principio, pero tengo dos razones para no arrepentirme...

Error [YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora