Error [YoonMin]

Cincuenta y Dos🍁

En Daegu, cerca del bosque que conducía a esa vieja cabaña, se encontraba el Alfa, frente a la gastado pero aun así bonita puerta que daba la entrada. Esa puerta se encontraba entre sus recirdos de niñez, cuando no podía controlar a su lobo correctamente y su madre Omega lo llevaba allí para que se olvidara de la gran cantidad de aromas en la mansión. La tristeza que le embarga no es comparable ni siquiera con la tristeza de haber perdido a su madre Omega.

- HeeChul...- murmuró la mujer mayor y de cabello plateado.- ¿Sucede algo hijo?- preguntó al ver su rostro abatido y preocupado.

- Madre...- HeeChul sonrió levemente y dejó que su madre lo abrazara. Envuelto en ese aroma maternal que hace mucho creía que no volvería a necesitar.

- ¿Algún problema?- preguntó entrando y tomando asiento en la modesta y cálida sala de la cabaña.

- Creo que debemos irnos... me han notificado que la guerra ya ha empezado, han atacado el norte y una parte del este, todo ha sido de sorpresa...- murmuró. Ellos no estaban listos para enfrentarse a la guerra, sobre todo porque su lobo estaba inestable debido a lo que pasó en esos días. ShynIn no dejaba de ir a verlo preguntando por el paradero de sus hijos, usando esa excusa y sabiendo lo que provocaban sus visitas, debilidad en su animal.- Están avanzando rápido, he dicho a la guardia que se mantenga alerta y han llevado a las mujeres y niños a una cueva ceca de aquí... lo están destruyendo todo...- dijo con pesar. No ha sido un buen Alfa.

- YoonGi lo sabía...- dijo la mujer ganando una mirada sorprendida de su hijo.- He escuchado el aullido del Alfa de YoonGi, me ordena que me vaya...

- ¿De qué hablas madre?- preguntó confundido.

- YoonGi y JiMin son esa pareja de la cuarta generación de los Min, el Alfa y Omega que murieron en aquella batalla contra los lobos rebeldes, la historia que tu madre contaba era cierta, pero nunca se pensó que sería en esta época...- resumió. El Alfa estaba sorprendido, alejando todo pensamiento de la que fue su pareja, de su mente.

- ¿Por eso YoonGi volvió...?- dijo en medio de el asombro que le generaba la noticia. Sabía esa historia, la conocía muy bien, pues su madre Omega se la contaba con frecuencia en su niñez.

- Todos están listos...- dijo y se levantó para caminar hasta la ventana y corrió un poco la cortina. Notando de lejos y en su interior los aullidos que llamaban a esos Lobos renacidos que sabían en su instinto lo que debían hacer.

- ¿De qué hablas?- se asomó y a lo lejos pudo escuchar el aullido puro de un Lobo. De un momento a otro, muchos Guardias con el traje azul y plateado llegaron a la zona. Entrando a la cabaña.

- El Alfa Min nos ha enviado por usted- dijo con voz grave, mirando a la Alfa. Algunos se quedaron afuera vigilando y un grupo de seis entró, con su semblente serió pero alerta.

- ¿Qué pasa exactamente?- preguntó la Alfa, leyendo la mente de su hijo pues se le veía ansioso por hablar.

- Los rebeldes han regresado- informó- El Líder desea que su familia esta protegida...

- Creo que hay algo que deben saber...- habló HeeChul decidido. Los Deltas y Alfas le miraron con firmeza que incluso le hizo temer un poco. Pero su Lobo le recordó que tenía que ser decidido, demostrar que era valiente y confiable- Hay una Omega que ha estado informando a los rebeldes...

Los Guardias se vieron mutuamente sorprendidos, ellos sabían que habían infiltrados enemigos y por eso el Alfa Min solo había conversado las estretegias con los mas cercanos y confiables a él.

- ¿Puede describirla?- preguntó uno de ellos. Los otros mantuvieron su postura firme. La Alfa estaba un poco confundida por las palabras de su hijo.