Valerie Deanoff se apareció en la entrada de la imponente Mansión Malfoy. Al observar la grandiosa construcción una sonrisa cruzó sus labios mientras recuerdos de sus anteriores estadías en el lugar bailaron en su mente. Tener la conciencia de que esta vez se quedaría por tiempo indefinido en Londres le generó una calidez en el pecho como si el sol pegara directo en su piel.
Apenas dio un paso las reja de barrotes negros se movió, dándole la bienvenida. Una sonrisa maliciosa tomó forma en su rostro a medida que se acercó a la entrada de la mansión, expectante ante la cara de sorpresa de sus amigos cuando supieran que su regreso al país era definitivo.
En el portal de piedra y mármol el elfo domestico, Dobby, la esperaba con evidente ansiedad. — Señorita Deanoff ¡que gusto tenerla aquí!
— Hola Dobby, un gusto verte nuevamente, pero recuerda llamarme Valerie, por favor.
El elfo abrió los ojos y se tapó la boca con las manos — Dobby se disculpa. ¡Dobby siempre olvida que la señorita prefiere que le digan por su nombre!
— Ni se te ocurra castigarte — le interrumpió ella. — Me llego a enterar que te hiciste daño sin que te vea...
— ¡Dobby no hará eso! La señorita Valerie le ha dicho a Dobby que no puede hacerse daño cuando ella esté cerca.
Valerie asintió, conforme. De pronto, el elfo con un chasquido de sus dedos hizo desaparecer el pequeño bolso que cargaba en sus manos. — Su bolso estará en su habitación. Por favor, señorita Valerie, adelante. Dobby la llevará con los demás.
— ¿Los demás?
***
Las puertas del salón principal de la mansión se abrieron y Abraxas Malfoy observó como su querida Valerie Deanoff ingresó con una sonrisa altiva, la cual desapareció súbitamente al ver a los presentes el cual fue remplazado rápidamente por un gesto de sorpresa y satisfacción.
Abraxas sonrió complacido al notar su asombro. A su lado se encontraba Walburga Black, Albus Dumbledore, Harry Potter y Ginny Weasley.
— ¡Bienvenida! — dijo eufórica Ginny.
Valerie, llena de alegría, abrazó fuertemente a cada uno de sus amigos. — Que calurosa bienvenida — dijo tras saludar a todos y tomó asiento junto a Dumbledore. — Creí que solo estaría Abraxas y Walburga.
— Bueno... Las noticias viajan rápido — señaló Harry con una sonrisa.
— ¿Noticias? Ustedes sabían que vendría a su boda, les escribí una carta... — respondió Valerie sin entender.
— Se refiere a las otras noticias — dijo Dumbledore con una leve sonrisa juguetona, pero al notar que la vampira seguía sin entender, agregó — Digamos que Kingsley no pudo evitar decirnos que cierta Embajadora del Ministerio de Magia ha suspendido, temporalmente, su trabajo para regresar a Londres.
— ¡Se suponía que era una sorpresa! — se quejó la vampira cruzándose de brazos.
— Yo me enteré por Harry — señaló Ginny haciéndose la inocente.
— ¡A mi me contó Hermione! — dijo Harry.
— Yo supe por Abraxas — dijo Walburga con una sonrisa.
— Albus me dijo — señaló Abraxas encogiéndose de hombros y Valerie rodó los ojos.
De pronto, las puertas volvieron a abrirse y por ellas ingresó Draco Malfoy. Su pelo rubio se encontraba cortado por los costados de su cabeza mientras que la parte frontal y superior se la había dejado un poco más larga peinada hacia atrás. Sus facciones se habían alargado con los años dándole un aspecto más serio, pero a la vez, atractivo. Su piel, usualmente blanca, se encontraba más tostada tras sus largos días al sol en el desierto permitiendo que sus ojos grises resaltaran. — No he ni puesto un pie en la Mansión y ya hay alboroto — replicó en un falso quejido. — Ahora... ¿dónde se encuentra mi vampira favorita?
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Corrompiendo tu alma negra: sombras del pasado
FanfictionValerie Deanoff lleva años lejos del mundo mágico en búsqueda de Tom Riddle luego de su misteriosa desaparición de la prisión de Azkaban. Sin embargo, la vampira deberá regresar para un evento importante de sus viejos amigos, sin saber que su retorn...