Capítulo 9: Revelaciones en la oscuridad, parte I

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Era una mala idea y lo sabía, sin embargo no pudo evitar adentrarse en la oscuridad de la catacumba cuando percibió la esencia de Fenrir. ¿Estaba perdiendo los estribos?

Le quedaba un pequeño paso para llegar a ello. Sus decisiones estaban siendo improvisadas e impulsivas, un actuar poco usual en ella, pero el estres y fastidio que la invadían parecían nublar su mente por completo.

La culpa se transformó en ira al sentirse responsable no solo por la desaparición de Greyback, sino del ataque que Walburga y Abraxas habían sufrido ¿quién más de sus seres queridos tendría el mismo final?

Sus acelerados pasos resonaron en el piso de piedra, como si quisieran ahogar sus propios pensamientos. No podía perderles, no de esa forma y no en aquel momento.

Valerie se detuvo cuando el pasillo de piedra dio paso a un sin fin de arcos que dirigían a diversos caminos.

Tensó el cuerpo, furiosa, sin saber que vía tomar. Se hincó de rodillas y se apretó la cabeza con sus manos, enajenada. No lograba controlar más la culpa que la invadía y su temor de perder sus energías en semejante situación.

Ella era una vampira poderosa, pero el poder no era eterno, sin embargo, no creyó que fuera a necesitar de la sangre de su creador en un futuro muy cercano ¿por qué era ahora cuando sus fuerzas menguaban? ¿Por qué cuando más necesitaba proteger a sus seres queridos su propio cuerpo la traicionaba?

"Debes regresar a ser quién eras..."

Valerie rugió y se agazapó lista para atacar cuando escuchó esas palabras, pero no había nadie a su alrededor. Desesperada observó su entorno, sin encontrar a nadie.

¿Podría haber sido su imaginación?

Lo dudó.

¿Tal vez un susurro del viento?

"Debes recordar quién eres pequeña..."

Valerie rugió y se tapó los oídos desesperada. La palabra "pequeña" hizo que un frío y largo espasmo recorriera su columna ¿Qué le estaba ocurriendo?

La oscuridad la rodeó, su pecho se apretó y sintió como si sobre ella se destara una fuerte lluvia que congeló cada parte de su cuerpo, ahogándola en una violenta tormenta donde no era capaz de escuchar su propia voz.

¿Cuando la oscuridad se había vuelto su propio enemigo? ¿Por qué las tinieblas parecían atacarla cuando eran parte de ella?

Se ahogaba, se estaba hundiendo en un mar oscuro mientras las tinieblas la asechaban por todas partes.

¿Por qué se sentía observada? ¿Qué querían las tinieblas de ella? ¡La oscuridad era parte de si misma! ¿No es así?

— ¡Valerie!

— ¡Valerie!

— ¡Valerie!

Una pequeña esfera de luz apareció en la oscuridad. Sus ojos tardaron más de lo normal en enfocar la fuente de luminosidad, cuando se percató de los rostros preocupados de Draco, Harry, Hermione, Ginny y Ron.

— ¿Valerie? — dijo Harry con suavidad.

La vampira parpadeó varias veces y observó a su alrededor, confundida.

— ¿Estás bien? — le preguntó Ginny, inquieta.

— Yo... Yo — titubeó. — ¿Qué pasó?

Los magos y brujas se miraron extrañados.

— Nos costó unos minutos seguirte el paso en esta horrible cripta — señaló Ron cruzándose de brazos. — Luego logramos encontrarte, pero parecía como si estuvieras en algún tipo de trance o algo así.

Corrompiendo tu alma negra: sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora