Capítulo 28: El retorno de la reina, parte II

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—No importa lo que ocurra, alguna vez fuiste la reina de los vampiros y eres parte de la familia Black. No habrá nadie que pueda cuestionarte, porque tu eres Valerie Deanoff, la vampira más fuerte que conozco, una de las brujas más poderosas de la época, mi mejor amiga y hermana.

Las palabras de Walburga resonaron en la mente de Valerie con fuerza.

Antes de iniciar el viaje, ambas se habían alejado de los demás para cruzar unas cuantas palabras.

—Abraxas estará ahí para apoyarte, no lo dudes —le dijo la bruja para darle ánimos.

—También te necesito...

Walburga apretó las manos frías de Valerie con pesar.

—Lo sé, pero haz de entender mis razones para quedarme.

La vampira asintió con disgusto y bajó la cabeza, incómoda.

—Hey, arriba esa cabeza, esta no es la postura que tendría una reina —se quejó con ironía la bruja para aligerar el tenso ambiente. Estudió el rostro de su amiga e inhaló profundamente—. Valerie, todo va a estar bien.

—Ojalá tuviera la misma seguridad que tu proyectas.

Walburga la sujetó con suavidad de los hombros y la obligó a cruzar miradas.

—Eres una mujer poderosa, inteligente, pero sobre todo... Eres libre. Libre de elegir tu camino, tomar tus decisiones y escribir tu propio destino. Eres libre, Valerie. No importa la decisión que tomes, siempre te apoyaré en todo ¿lo sabes verdad?

—No sé que haría sin ti...

—Estarías acabada, está más que claro —se mofó la bruja con una sonrisa altiva.

Valerie le regaló una pequeña sonrisa y ambas se fundieron en un fuerte y cálido abrazo.

—Siempre estaré orgullosa de ti, eres mi hermana no lo olvides —añadió Walburga cuando se separaron. Entrelazó sus dedos con los de la vampira y clavó sus ojos sobre los de ella— Te quiero.

—Yo también te quiero.

Ambas se sonrieron de manera cómplice.

—Ya, suficiente de tanto amor —Walburga sacudió la cabeza—. Ahora haz de ir a Rumania y recuerda... No importa lo que ocurra, alguna vez fuiste la reina de los vampiros y eres parte de la familia Black. No habrá nadie que pueda cuestionarte, porque tu eres Valerie Deanoff, la vampira más fuerte que conozco, una de las brujas más poderosas de la época, mi mejor amiga y hermana. ¡Ve a dejarle claro a esos vampiros quién es la que manda!

La conocida y altiva sonrisa de Walburga fue la imagen que brotó en su mente y le dio la fuerza para empujar las puertas e ingresar el salón del trono donde todas aquellas orbes rojas no dudaron en posarse sobre ella con estupefacción.

***

—Regocíjense, súbditos míos, pues vuestra reina ha vuelto.

Fue como si las palabras de Vladimir pudieran dar vida, pues pareció que hasta las propias paredes del castillo se agitaron de la emoción.

Valerie se abrió paso entremedio del tumulto de vampiros que quedaron estupefactos ante su presencia y más de alguno bajó la cabeza a modo de respeto.

Sus pisadas resonaron con fuerza contra la alfombra roja y cuando se encontró de frente a los tronos su mirada cayó sobre Crina, quien abrió los ojos pasmada. No fue necesario que abriera la boca, pues la vampira rubia se alejó del trono lo más rápido que pudo con sus expresiones tensas y la mirada cargada en estupor.

Corrompiendo tu alma negra: sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora