- Bienvenidos a la Mansión Lestrange - les dijo con ironía Tom Riddle al grupo de jóvenes cuando las enormes puertas de madera oscura se abrieron ante ellos.
- Debes estar de broma - replicó Ron pasmado. - Se supone que la Mansión Lestrange fue destruida cuando Rodolphus y Rabastan fueron enviados a Azkaban.
- No se puede destruir fácilmente un hogar mágico que alberga generaciones de magos poderosos, además una mansión como ésta es fácil de esconder para aquellos que no saben como buscarla - fue la seca respuesta que le dio Riddle.
- Se supone que el Ministerio de Magía quebró los cimientos y los lazos mágicos que mantenían en pie la mansión - replicó Hermione con el ceño fruncido. - Yo misma gestioné el proceso.
- Ah, Granger, podrás saber mucho sobre los cimientos y lazos mágicos de una edificación, pero parece que no consideraste la raíz mágica que la sangre de los propietarios han transmitido durante generaciones. Es un aspecto y tradición muy usual entre los sangre puras, pero es un conocimiento que solo se transmite entre familiares. Es probable que por ser hija de muggles no estuvieras al tanto de una tradición tan especifica y que ya pocos magos la practican - la respuesta de Riddle fue tranquila, sin ninguna mala intención de por medio, como si estuviera dictando una clase.
Hermione se quedó muda, sin saber con que contradecirlo ya que la información la pilló desprevenida. El silencio de la bruja le hizo saber a Riddle que había tocado un tema que ignoraba y una leve mueca burlona se formó en la comisura de sus labios, sin embargo nadie logró verla.
- Además - continuó el mago. - Vladimir realizó incontables modificaciones en el lugar, reconstruyéndola casi por completo, por lo que ya no es propiamente la Mansión Lestrange tal cual.
Harry, Ginny, Draco, Hermione y Ron observaron la espalda de Riddle sorprendidos por su explicación mientras le seguían el paso, varitas en mano, por un amplio pasillo de cerámica gris. Finalmente, llegaron a una amplia sala de estar, en el cual se desarrollaba una escena que jamás imaginaron presenciar.
Rabastan Lestrange, un mago delgado y de aspecto nervioso, estaba sentado en una cómoda butaca de cuero y se frotaba la frente concentrado. Su pelo negro le caía sobre la frente mientras miraba las piezas de ajedrez que yacían frente a él en una pulida mesa de madera. Su contrincante, Antonin Dolohov, tenía una mueca burlona en sus delicadas y atractivas facciones, sus orbes oscuras de casi el mismo color que su pelo observaban divertido la mueca de concentración de Rabastan, mientras que tenía el cuerpo echado hacia atrás y los brazos cruzados sobre su pecho en una postura ganadora.
Por otra lodo, en un amplio sillón escandivano, con los pies apoyados sobre uno de los posa brazos, yacía Corban Yaxley de espaldas mientras leía un grueso libro titulado "Antología de los encantamientos del siglo XVIII". Sus rasgos continuaban siendo igual de duros y contundentes y su pelo rubio le había crecido hasta los hombros, el cual tenía amarrado en un moño rápido dejando su rostro despejado.
Por ultimo, Rodolphus Lestrange, se encontraba sentado frente a un pequeño escritorio en la esquina del salón, sus gruesas cejas negras estaban fruncidas y su mano escribía a tal velocidad que parecía absorto en sus propios pensamientos, sin tener conciencia de lo que ocurría a su alrededor.
Un leve carraspeo de Riddle hizo que los ex mortifagos detuvieran sus actividades para observar a los recién llegados.
- Vladimir ha ordenado que los amigos de Valerie se queden aquí hasta su regreso - explicó con indiferencia Riddle, tras lo cual se alejó de los jóvenes, tomó una botella de brandy del pequeño bar que había en la pared derecha cerca de la entrada, se sirvió un vaso y tomó asiento en una cómoda cerca de Yaxley como si fuera lo más normal del mundo.
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Corrompiendo tu alma negra: sombras del pasado
FanfictionValerie Deanoff lleva años lejos del mundo mágico en búsqueda de Tom Riddle luego de su misteriosa desaparición de la prisión de Azkaban. Sin embargo, la vampira deberá regresar para un evento importante de sus viejos amigos, sin saber que su retorn...