El amplio vestíbulo del Ministerio de Magia era un campo de batalla, el polvo ondeaba el ambiente mientras los cuerpos de varios aurores yacían en el suelo heridos o incluso muertos.
Fue entonces que los jóvenes magos y brujas, junto a Valerie, Razvan y Fenrir aparecieron en el lugar con un fuerte crujido, listos para el ataque.
Su repentina llegada hizo que los intrusos detuvieran sus movimientos y los observaran con ojos amenazantes. Todos vestían largas capas negras que no dejaban ver sus rostros sumado a la poca luz que iluminaba la estancia.
— Vaya... Vaya... El mismísimo Fenrir Greyback.
De entre los encapuchados emergió una figura menuda y más delgada que no tenia la capucha puesta. Las pocas luces que quedaban en el lugar permitieron ver un pelo rojo junto a un rostro frío de facciones finas que contenía unos labios carnosos que sonreían de manera burlona.
— Basilea... — Greyback pronunció el nombre de la mujer con evidente desprecio. — ¿Tan bajo haz caído como para tener que hacer algo como esto?
— ¿Me hablarás a mi de caer bajo cuando pasas tu tiempo junto a una vampira? — la mujer lobo levantó una ceja y le dedicó una mueca altiva. — Ah... Creo que alguien estará muy feliz de verte ¿no es cierto mi querido? — Basilea miró hacia el grupo de encapuchados y la figura más alta se acercó a ella.
La tenue luz reveló un hombre de pelo negro con largas rastras, que colgaban sobre su rostro cincelado, las cuales le llegaban hasta los hombros, acompañado de una delgada barba. Su piel oscura hizo brillar sus estrechos ojos amarillos que miraron con arrogancia a Greyback.
— Donovan — esta vez un gruñido acompañó las palabras de Fenrir quien parecía a punto de perder los estribos.
— Ha pasado tiempo desde la ultima vez que nos vimos, Greyback — le dijo el hombre lobo con sarcasmo.
— Y veo que trajiste compañía — se burló Basilea observando a los jóvenes magos y brujas hasta que su mirada se detuvo en Valerie y Razvan. — Ah... Claro, como no olvidar a los vampiros.
— Veo que la paliza que les di la ultima vez no sirvió como amenaza — replicó Valerie con seriedad y los jóvenes magos y brujas la observaron intrigados por el desprecio que llenó sus facciones.
— No hacemos caso a las amenazas de seres como ustedes — le respondió Donovan con ira.
— Es una lastima... Si eso no es suficiente no tendré más remedio que matarlos — añadió la vampira y les dedicó una sonrisa perversa.
Una débil aura oscura pareció rodearla y con aquella mueca su presencia se volvió casi tan parecida como a la de Vladimir. Harry, Ron, Draco, Hermione y Ginny abrieron los ojos anonadados ante ante el cambio y un leve escalofrío recorrió sus extremidades.
Razvan, por su parte, miró de reojo a la vampira con una expresión de orgullo al notar como, levemente, la reina de los vampiros resurgía en ella.
— Donovan es mio — gruñió repentinamente Greyback obligando a que las miradas se clavaran en él.
El otro hombre lobo rió entre dientes y se cruzó de brazos sin parecer sorprendido — ¿Todavía me guardas rencor?
El resto de los presentes observaron la interacción sin comprender el trasfondo de la conversación. Basilea, se percató de la extrañeza en el rostro de sus enemigos y sonrió con maldad.
— ¿Nunca se han preguntado por qué un hombre lobo tan poderoso como Greyback pasa tan poco tiempo con los suyos? — señaló de manera burlona.
Valerie se percató como Fenrir apretó los puños y su mirada irradió un odio tan profundo como jamás había visto en él.
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Corrompiendo tu alma negra: sombras del pasado
FanficValerie Deanoff lleva años lejos del mundo mágico en búsqueda de Tom Riddle luego de su misteriosa desaparición de la prisión de Azkaban. Sin embargo, la vampira deberá regresar para un evento importante de sus viejos amigos, sin saber que su retorn...