Capítulo 16: Sentimientos del pasado

1K 114 63
                                    

Tras haber dejado solos a Abraxas y Draco Malfoy, los suaves pasos de Walburga se detuvieron en el amplio balcón interior de la mansión que daban paso a una enorme escalera de piedra blanca que conectaba con el vestíbulo de la entrada. Desde aquel balcón era posible ver el amplio vestíbulo que llevaba a los diferentes pasillos y habitaciones del lugar.

Una singular figura se encontraba de pie en el lugar con la mirada perdida y los codos apoyados en la baranda de piedra que contrastaba con la madera de roble que decoraba el borde.

— Tom — dijo la bruja a modo de saludo cuando se detuvo a su lado.

— Walburga.

Ambos se quedaron en silencio unos minutos sin dirigirse la mirada, sumidos en sus propios pensamientos.

— Admito que no pensé que volvería a verte — dijo de pronto la bruja con tranquilidad.

Riddle dejó escapar un bufido divertido.

— Ni yo — nuevamente reinó el silencio entre los dos, momento en que el mago aprovechó para observar a la bruja de reojo. — Haz cambiado.

— ¿Supongo que no te estarás refiriendo a mi edad? Eso sería de muy mala clase — replicó ella con un falso tono ofendido.

Una mueca maliciosa se abrió paso en los labios de Riddle.

— Claramente que no. Sin embargo ¿quién hubiera pensado que pudiéramos encontrarnos en una situación como ésta conversando tan pacificamente? Cuando antes...

— Cuando antes te tenía miedo — le interrumpió Walburga encogiéndose de hombros. — Era joven, inexperta y bueno, no puedo negar que me aterrabas un poco, pero las personas cambian con el tiempo y lo que antes pudo haberme dado miedo se transformó en comprensión y experiencia. Si bien tu cuerpo podrá mostrar menos años de los que en realidad tienes, estoy segura que estarás de acuerdo conmigo que envejecer entrega una sabiduría asombrosa.

— Concuerdo completamente.

Ambos volvieron a guardar silencio.

De pronto, Riddle exhaló con fuerza y se giró para enfrentar cara a cara a la bruja y comenzó a decir — Walburga, se que no somos amigos y nunca fuimos aliados, pero si todavía me guardas rencor u odio por la muerte de tu hijo lo entiendo y...

La bruja frunció el ceño, se cruzó de brazos y dejó escapar un suspiro cansado.

— La muerte de Sirius fue a manos de Bellatrix, ante lo cual cumplí mi venganza. Si bien en estos momento no te tengo estima alguna, tampoco pretendo batirme a duelo contigo, conozco mis capacidades y se cuando tengo o no la ventaja sobre mi contrincante.

Riddle estudió a la bruja con extrañeza.

— ¿No me guardas rencor? ¿Ni siquiera un poco de odio?

Walburga alzó una ceja y mantuvo el rostro serio — ¿Debería? Considero que debes haber pasado por varias experiencias poco agradables en los últimos años. Además ¿de que me serviría guardarte rencor? Eso no traerá a mi hijo de regreso y tampoco voy a lograr dañarte con ello. — El mago iba a rebatir sus palabras, pero la bruja continuó — Imagino que te sería más fácil convivir conmigo teniendo la idea de que te preferiría ver muerto, sin embargo no lo hago, aun que eso no significa que te aprecie. Tengo mejores cosas de las que preocuparme.

— Eres una mujer muy particular — replicó el mago levemente sorprendido.

— A estas alturas de tu vida ya deberías saberlo.

Su conversación fue interrumpida cuando las puertas de la mansión se abrieron y por ellas ingresó Fenrir Greback junto a Valerie Deanoff.

Walburga no dudo en estudiar como las facciones del mago cambiaron al ver pasar a la vampira. Una sonrisa maliciosa quiso escapar de su boca pues si bien Riddle intentó controlar cualquier atisbo de emoción en su rostro, sus ojos parecían haberlo traicionado.

Corrompiendo tu alma negra: sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora