doce

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Los ojos de Alex estaban clavados en la inmensa y agitada masa azul que se movía al compás del viendo debajo de la plataforma en la que ambos amigos estaban, el cielo parecía haberse drenado entre las grises y corpulentas nubes que flotaban arriba de ellos, Alex estaba absuelto en el movimiento de las olas y la formación de espuma, parecía que aquel fenómeno era lo único que podía apagar su mente. Jack estaba parado a su lado izquierdo, estaba algo ansioso, le desesperaba estar tan quieto pero Alex parecía estar disfrutando de la vista, por lo que lo acompañaba sin protestas. La superficie del mar comenzó a abollarse sin previo aviso, Alex sintió las gotas en el dorso de su mano y levantó la cara casi instintivamente haciendo que más partículas de agua chocaran contra su rostro. Estaba lloviendo pero en realidad poco le importaba.

-Lex-dijo Jack moviendo el hombro de su amigo y viendo como la madera del barandal se manchaba-, está lloviendo, ¿no quieres que nos vayamos?

Alex negó con la cabeza sin siquiera dirigirle la mirada.

-Muy bien-se rindió Jack columpiándose en sus talones. Alex parecía tan concentrado, se preguntaba si había alguna memoria que lo conectara tanto con el océano, no le preguntaría, no sería correcto, solo lo observaría intentando adivinar qué podría ser lo que rondaba su mente.

Así estuvieron por unos minutos que parecieron horas, la lluvia comenzó a intensificarse empezando a mojar buena parte de su ropa, Alex estaba inmutado y Jack, bueno Jack estaba jugando con el agua que caía, pateando charcos y dando vueltas en su lugar con la cabeza hacia arriba. Un flash de luz atravesó el cielo llamando la atención de ambos, los ojos de Alex parecieron detenerse temblorosos, detonando su ansiedad cuando un estruendoso sonido retumbó por el aire.

-Lex, es mejor que nos vayamos-dijo Jack girando a su amigo por su hombro-, ¿Lex?

Su amigo parecía tener la misma expresión que vestía el día en que le dio un ataque de ansiedad en medio de la clase de matemáticas, solo que esta vez su respiración estaba estable o al menos eso creyó.

-¡Jack!-exclamó Alex a la vez que se híperventilaba.

-Lex, Lex-lo llamó intentando hacer que se enfocara en él-, Mírame-dijo tomándolo de los hombros-, necesito que respires hondo, ¿está bien?

Alex comenzó a jadear.

-Concéntrate en tu respiración-le indicó Jack siguiendo los consejos que la enfermera le había dado el día del ataque-, inhala y exhala.

-Jack, no-no puedo-apenas pronunció.

-¿Cuál es tu color favorito?:

-A-azul-respondió con dificultad, ¿para qué preguntar eso en un momento como ese?

-Bien, ¿ves algo de ese color en la plaza?-le preguntó Jack con una calma extraordinaria, pero fingida, estaba lleno de pánico por dentro

Alex logró inhalar profundamente a medida que su mente se concentraba en encontrar lo que Jack le había pedido-. Sí, sí, el paraguas-señaló el artefacto en las manos de un anciano.

-Muy bien-dijo Jack tomando la mano de su amigo sin quitarle la mirada de encima-. Ahora dime ¿a qué huele?

-¿El par-paraguas?

-No-de frustró Jack, no parecía ser tan difícil cuando la enfermera le explicó-, el ambiente.

-¿A mar?-dijo confundido Alex, su ansiedad estaba muchísimo más controlada.

-¿A qué huele el mar?-cuestionó de nuevo sintiendo las manos de su amigo, estaban frías pero húmedas aún así y podía sentir que estaba temblando.

Roses || JalexWhere stories live. Discover now