veintiuno

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Alex se sentó sobre la fría tapa de plástico del inodoro, arrojando su cabeza para atrás y suspirando para regular su agitada respiración. Su pecho se sentía presionado, tanto que apenas podía inflar sus pulmones, el veloz ritmo de su corazón se había hecho tan constante que no le molestaba, sus manos estaban sudando en frío cerradas en un puño. Activó el pasador del cubículo y subió sus pies a la tapa en donde estaba, pegando sus piernas a su torso, en un intento de disimular su presencia y ¿por qué no? de sentirse seguro, incluso rodeándolas con sus brazos. Apoyó su rostro sobre sus rodillas y... lo soltó, una marea de lágrimas se dejaron venir desde sus ojos, mojando su pantalón con el líquido salado y cálido, se tragó sus sollozos mordiendo sus labios como medida de precaución, impidiendo que algún sonido se filtrara fuera de su boca. Estaba en la mierda, no era la primera vez, y estaba seguro de que tampoco sería la ultima, sólo debía hacer todo lo posible para protegerse, sobrevivir hasta que las cosas se calmaran.

La campana sonó, activando los métodos de defensa del chico, su cuerpo se tensó y como por arte de magia sus sentimientos pasaron a segundo plano, ya habría tiempo para romperse, si quería llegar a casa sin nuevos raspones o moretones sería mejor que se enfocara. La puerta del baño se abrió de golpe, inundando el lugar con voces agudas cotilleando sobre cosas sin importancia. Alex estaba temblando, se sentía más que incómodo estar en el baño de chicas, pero era su única opción, ya lo había intentado todo, la biblioteca, los jardines, el gimnasio y Jason siempre se las arreglaba para encontrarlo, estaba seguro de que esta vez ni siquiera sospecharía.

Cinco pequeños golpecitos en la superficie metálica de la puerta del cubículo bastaron para aterrorizar al chico y sacarlo de sus pensamientos, haciendo que su atención volviera a su objetivo, pasar inadvertido, al menos pasar el descanso a salvo. Alex no pudo pronunciar palabra alguna, en primer lugar, su voz lo delataría, y en segundo lugar, casi tan rápido como empezó a hablar había dejado de hacerlo, su mutismo selectivo había vuelto, aunque quisiera, no podría pronunciar nada, aparte de sollozos, ningún sonido abandonaría sus labios.

—¿Hay alguien ahí?—una voz femenina resaltó frente al tumulto de sonido. En realidad, estaba bastante tranquilo el ambiente, pero los sentidos de Alex lo exageraban todo.

El chico cerró sus ojos apretándolos, rezándole a cualquier dios que se dignara a escucharlo, rogando por que lo dejaran en paz. Y como era usual, sus súplicas no fueron escuchadas. La chica decidió verificar por su cuenta, no era la primera vez que dejaban las puertas de los cubículos bloqueadas, de haber alguna persona dentro, sólo de disculparía y esperaría su turno. Se agachó quedando en cuclillas y asomó su rostro por el espacio que había entre el suelo y el final de la puerta, dándose cuenta de la presencia del chico, mas, confundiéndolo con una mujer.

—¡Oh, disculpa!—se excusó la chica de piel obscura y simplemente se quedó parada esperando su turno.

Alex soltó un suspiro de alivio y continuó su pequeño episodio, maldiciendo la cultura femenina que dictaba que todas fueran acompañadas al baño.

•••

—¿Jack, estás bien?—le preguntó Zack inclinándose en la banca para poder ver a su amigo a los ojos.

La mirada de Jack estaba perdida, dirigida a un punto aleatorio para que su cerebro se concentrara en procesar sus pensamientos. No había expresión sobre su rostro, algo casi imposible para él. Su ojo derecho aún estaba ligeramente hinchado y con una coloración morada tirándole a rojo, su piel aún guardaba las evidencias de aquel día, pero se veía mucho mejor en comparación.

—Jack—su amigo insistió pasándole la mano por su campo de visión, intentando llamar su atención.

—Uh—Jack exclamó saliendo del trance, parpadeando un par de veces para darse cuenta que se encontraba en una de las gradas en el campo de fútbol, todo parecía tan surreal, era como si su cuerpo hubiera regresado a los primeros días de escuela, pero su mente supiera que las cosas se habían complicado, habían cambiado.

Roses || JalexWhere stories live. Discover now