treinta y dos (parte 1)

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Hey, Hoppus_Poccus, discúlpame por haberte ilusionado y tumbado el mundo dos veces el día de tu cumpleaños, here, te doy este capítulo (está en partes pero...hhhh), it's for you, feliz cumpleaños súper atrasado. Espero te guste y lo disfrutes 💖✨🤗 Te quiero, amix.

Also, dividí este cap (aún no sé si serán 2 o 3 partes) porque salió más largo de lo que pensé, para que no se les dificulte leerlo y para que a mí se me facilite escribirlo.

Alex giró la perilla a la par que las comisuras de sus labios se levantaban, mostrando sus dientes y robándole espacio a sus ojos, haciendo que éstos se escondieran tras sus mejillas. No sabía a ciencia cierta quién había tocado la puerta, no se había detenido a mirar por el pequeño hoyo en la superficie de madera, pero eso no importaba, porque sólo esperaba a una persona, el único chico que sería capaz de arrancarle una sonrisa tan brillante...

-¡Jacky!-exclamó con un animado tono al develar la imagen del chico una vez abrió la puerta principal.

-Lex-murmuró acompañado de un suspiro al momento en el que su mirada se conectó con la del castaño.

Alex se había esforzado como nunca antes en su aspecto, y es que, desde que había empezado a 'salir' con Jack, su imagen había adquirido más relevancia, a inicios de ciclo escolar nunca hubiera pensado en durar más de unos cuantos segundos para elegir lo que llevaría puesto. Además, esa tarde era especial, tenía que elegir algo que llenara las espectativas. El chico había llegado de la escuela directo a ducharse, robándole a su madre sus productos de higiene personal, utilizando por primera vez acondicionador sobre su cabello y esparciendo perfume sobre todo su cuerpo, no era un aroma varonil, pero iba con Alex y, a decir verdad, le agradaba el olor a flores. Alex vestía unos pantalones de mezclilla, holgados y de corte recto, junto con unos tenis deportivos blancos, al igual que la camiseta de manga larga que se encontraba debajo de una playera negra; su cabello estaba peinado y oculto parcialmente por un beanie obscuro de lana, sus muñecas exponían una colección de pulseras que su hermano le había dejado y, por último, las uñas de sus manos estaban pintadas con esmalte azul celeste.

-Te ves-balbuceó Jack rascando su nuca y tratando de recobrar la respiración que Alex le había arrebatado-, perfecto.

Las mejillas de su novio ardieron, tiñendo la piel de su rostro de un alarmante color carmesí. La cara de Alex se veía mucho más saludable, con pómulos rellenos y esponjosos que sólo lo hacían ver más adorable, exponiendo el hermoso y saturado color rosado.

Alex estiró su playera sin ser consciente de ello, girando su rostro evitando la mirada de Jack y bajando su vista hacia sus pies, los cuales se balanceaban de adelante hacia atrás. Mentiría si dijera que Jack no ponía todo su mundo de cabeza con su sola presencia, tal y como lo había hecho desde que lo conoció. Estaba orgulloso de su esfuerzo por verse bien para el rubio postizo, se sentía bonito, especial, adjetivos que nunca pasaron por su cabeza hasta que su novio lo llamó por ellos, sin creerle hasta ese preciso momento.

-Tú eres perfecto-respondió tan rápido que apenas fue entendible, haciendo que una suave sonrisa se dibujara sobre los labios de su novio.

La mirada de Jack era dulce, sus ojos almendrados estaban a medio cerrar, mostrando esas largas y casi rizadas pestañas que el moreno poseía. Observaba a Alex con ternura, como si estuviese acariciándolo con los ojos, como inspeccionando cada milímetro de su rostro, admirándolo y repitiéndose en su mente lo afortunado que era por tenerlo. De ser por él, lo envolvería en un abrazo que nunca rompería.

Jack posó su mano por la mejilla derecha de su novio, apretándola ligeramente, lo suficiente como para sacarle una risita, tocando su piel y recorriéndola hasta llegar a su barbilla, la cual levantó con un toque casi imperceptible de sus yemas, haciendo que los ojos de chocolate de su novio se combinarán con los suyos. Jack relajó los músculos de su cara adquiriendo una cálida expresión, que, irónicamente aceleró el pulso de Alex. Sus labios se acercaban cada vez más, deteniéndose cuando la respiración del otro era palpable en la superficie de sus narices. El castaño cerró sus ojos con la misma calma con la que había llegado a esa posición, y abrió sus labios lo suficiente como para que Jack colocara los suyos en el hueco, iniciando un beso corto y tierno.

Roses || JalexWhere stories live. Discover now