Roses || Jalex

diecisiete

NA: Hola y perdón por dejar una nota al principio, me caga cuando pasa eso. Les quería agradecer porque, aunque somos una comunidad muy pequeña y muerta en Wattpad, están aumentando lxs lectores.✨ La fic ya está en el 2do lugar de la etiqueta all time low (de como 5 alv), y me pone feliz, porque cuando escribía y era más activa no existían estos rankins (ni habían anuncios). Muchísimas gracias y espero que disfruten el capítulo 💖

Jack estaba parado con una mano sujetando el pasamanos y la otra abrazando a Alex, quien incómodo se agarraba de donde pudiera. Iban en un autobús rumbo a quién sabe donde, un lugar que Jack juraba y perjuraba que le iba a encantar al castaño. El vehículo iba repleto, y no era para menos, era sábado por el mediodía y en víspera de Halloween, había promociones y eventos por doquier, Jack sabía que  Alex era... inexperto por decirlo de manera amable, por lo que no se separaba de él manteniéndolo pegado a su propio cuerpo para evitar perderlo. Alex hubiese perdido la cabeza por lo protector y considerado que su amigo estaba siendo de no ser por estar asfixiándose, le molestaban los roces con las demás personas, la falta de aire fresco, la gente en general.

—No te preocupes, Lex—Jack acercó sus labios a la oreja de Alex—, pronto Joe me dará su auto—le aseguró intentando hacer el viaje de su amigo un poco más llevadero—, eso si paso el examen.

Alex soltó una pequeña risa, Jack se veía como la clase de persona que no debería conducir por seguridad pública.

Ambos se bajaron junto con un grupo de gente que por lo visto tenía el mismo plan. El día estaba soleado, con un perfecto cielo azul debido a la tormenta de anoche, por lo que podían estar seguros de que el clima no les jugaría una mala pasada. La calle estaba transitada, más de lo que Alex supuso que estaría, y frente a ellos había una gran reja de metal pintada de rojo, que al levantar la mirada revelaba una enorme estructura de acero, una montaña rusa.

—¿Un parque de diversiones?—preguntó Alex con la mirada clavada en el vagón que por momentos se alcanzaba a ver desde su posición.

—¡Sí!—exclamó Jack—, supuse que nunca habías ido a uno.

—Oh, no, ya he estado en uno.

La sonrisa de Jack se cayó sustituyéndose por una expresión de terror—. Lo siento, no debí de asumir que...

—Está bien, está bien—Alex le dio una palmada en la espalda—, era muy pequeño, y supongo que este no se compara con el pequeño parque de Brightlingsea.

—¿De verdad? Digo, también podemos hacer algo más, Lex.

—Sí, Jack—Alex levantó la comisura derecha de sus labios—, además no es como si me acuerde de mucho, no me dejaron subir a casi nada.

Jack sintió alivio, la verdad era que él quería ayudarle a experimentar toda clase de cosas, ser el que estuviera ahí para ver los ojos de Alex llenarse con asombro, ser el primero con el que Alex las viviera, por lo que se decepcionó un poco al saber que esto no era del todo nuevo para el castaño.

Ambos entraron pasando por debajo de un gran arco con focos en los bordes y una tipografía animada que Alex no se molestó en leer. El lugar era gigantesco, el suelo era de concreto, pero había uno que otro pabellón, las tiendas y puestos de juegos estaban pintados con variados colores sin perder uniformidad, había letreros por doquier señalando atracciones y filas delante de ellas, el ambiente olía a comida frita y algodón de azúcar, Alex había aprendido que a los estadounidenses les encantaba freír cualquier cosa, y se podía escuchar de fondo gritos lejanos y música alegre.

—Bien, Lex—dijo Jack poniéndose enfrente de su amigo—, tenemos todo el día, ¿a dónde quieres ir primero?

Alex frunció el ceño con una sonrisa—, ¿te parece si caminamos? no conozco el lugar.