quince

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—Siete dólares—Vinny le pasó una cajetilla de cigarros por debajo de la mesa a un pequeño chico de piel pálida y cabello negro hasta los hombros, este la recibió y de la misma manera le tendió el pago, el cual Vinny metió a un compartimiento en su chaqueta de forma discreta.

—Creo que ya sé por qué te van a expulsar de aquí—dijo Matt negando con la cabeza.

—Amigo, son mis ingresos—se excusó llevando sus manos atrás de su cabeza balanceándose en la banca de la cafetería.

Los cinco chicos estaban en el periodo de almuerzo sentados en la misma mesa. Desde que Alex y Rian habían tenido esa profunda conversación en el suelo de la casa de los Gaskarth, ambos grupos se habían unido de vuelta, esta vez permanentemente. Ya habían pasado dos semanas desde aquella plática y Alex ya no se incomodaba con la presencia de Matt o Vinny, pero eso no quería decir que ya pudiera hablar con ellos, ninguno de los dos había oído su voz, pero comprendían y habían aprendido a interactuar con el callado inglés utilizando únicamente sus expresiones. Y ¿Jack? Por irónico que sonase, Jack había poco a poco dejado de hablar, sus comentarios inapropiados, su sentido del humor algo especial y sus proposiciones absurdas habían desaparecido. El larguirucho chico se limitaba a participar una o dos veces en la dinámica del grupo y el resto del tiempo o estaba en su celular, mensajeándose con Holly, o estaba demasiado cansado por haber ido a verla por la noche. Alex no estaba sólo celoso, sino que ahora le preocupaba la salud de su amigo, estaba prácticamente atado a la rubia.

—¿Qué tal si saliendo de la escuela vamos a mi departamento?—Vinny propuso llamando la atención de Alex—.

—¿Y eso?—preguntó Rian extrañado, su amigo jamás ofrecía su departamento para sus reuniones, debido a lo pequeño que era, lo lejos que quedaba y a que su compañero de cuarto le molestaba la presencia de otras personas.

—Espera, espera—contestó mirando su reloj—, ¡ya!—exclamó al mismo tiempo que la campana timbró.

—¿Qué?—dijo algo molesto Matt, sin entender a lo que se refería.

—El que me iba a comprar—pausó levántandose y dando pequeños toques con sus dedos sobre el bolsillo superior de su chamarra—, no vino a recogerla, por lo que nos la podemos fumar hoy.

Matt nervioso volteó hacia ambos lados pendiente de que ningún profesor hubiera escuchado a su amigo—. No seas tan obvio.

—¿Entonces no quieres venir? —Vinny levantó una ceja.

—No dije eso—Matt subió la comisura derecha de sus labios dándole una mirada cómplice, para luego ver con ojos expectantes a Rian y a Alex esperando una respuesta.

Alex, sin darse cuenta que estaba incluido en la propuesta, se levantó gruñiendo molesto y moviendo de lado a lado a Jack quien había estado dormido durante todo el almuerzo, probablemente por una resaca de la noche anterior.  El chico se despertó  desganado y sin decir nada, tallándose la cara con torpeza, se retiró hacia su siguiente clase. Alex lo vio alejarse con una expresión consternada, ya acostumbrado a ver a Jack, que antes tenía una actitud radiante y en general una hermosa sonrisa sobre su rostro, en un estado tan deplorable.

—Ya saben que yo no fumo—respondió Rian poniéndose de pie para dirigiese a la salida de la cafetería.

—Hey, Ri—lo alcanzó Vinny—, está bien, podemos juga videojuegos si quieres.

—Suena bien—sonrió y su amigo lo abrazó por el hombro. Vinny podría parecer alguien despreocupado y centrado en sí mismo, y justamente era así, pero quería a sus amigos y haría lo que fuera para que estuvieran cómodos.

—¿Qué hay de ti, Alex?—se dirigió al chico con la cabeza baja.

Alex levantó la mirada clavándola en Rian, como pidiéndole que le explicara a Vinny que ya tenía planes, era viernes y tocaba practicar en casa de Jack. Lo había esperado toda la semana sobretodo después de que el último ensayo se había cancelado por culpa de Holly. Quería pasar algo de tiempo con su amigo.

Roses || JalexWhere stories live. Discover now