Roses || Jalex

dieciocho

—Dime entonces qué pasó con Holly—dijo Alex limpiándose la humedad de su nariz con el dorso de su mano y tomando una papa a la francesa.

Jack gruñó deshaciendo el nudo de su mandil—, ¿podrías esperar a que lleguemos a mi casa?

—Jack, he esperado todo el fin de semana—arrojó su cabeza para atrás dando vuelta en el banco donde estaba sentado. Era cierto, el sábado no había quedado tiempo para tratar ese asunto, los dos habían llegado a sus respectivas casas directo a dormir.

—Deja que acabe mi turno, Dios qué desesperado eres—dijo Jack metiéndose a la cocina del lugar, donde se encontraba un pequeño cuarto en el que registraban su salida y dejaban su uniforme.

Alex rodó los ojos y limpió su nariz con una servilleta, bajándose de su asiento y tomando el cartón con papas en sus manos para que al llegar Jack pudieran irse rápido.

—Listo—dijo Jack saliendo por una pequeña puerta en el mostrador.

Alex estornudó y volvió a limpiarse la nariz con la misma servilleta ahora doblada—. Jack, ¿estás seguro que quieres practicar hoy?—dijo alejando el papel de su cara—, me duele mi garganta.

—Hemos perdido—contestó y notó la cara de acusación de su amigo—, he perdido—corrigió—, mucho tiempo, sólo hemos practicado una vez, además tu voz se oye bien, no parece ronca o jodida.

—Está bien, pero sólo porque quiero oír qué pasó con Holly—dijo tendiéndole el cartón—, tus papas.

Jack sonrió pesadamente y las tomó. Aún se sentía fatal por lo ocurrido con la chica rubia, pero se sentía aún peor por el trato que le había dado a su amigo, su mejor amigo.

Alex notó rápidamente el repentino cambio en la expresión de Jack y se arrepintió de ser tan insistente. No le interesaría mucho una historia patética de desamor adolescente de no ser porque esta era del chico que le gustaba—. Lo siento, si no quieres contarme, está bien.

—Sí quiero, sólo que me siento muy estúpido—se dirigió a la salida del local al lado de Alex.

—Fuiste un imbécil, sí—Alex admitió haciendo que el corazón de Jack se encogiera—, pero yo también lo fui, ¿recuerdas? al inicio del semestre. Todos lo somos algunas veces.

—Sí, pero no hablo de eso—el sol se estaba ocultando por lo que todo el cielo se había teñido de colores naranjas combinando con las hojas que caían de los árboles y se acumulaban en la acera haciendo que con cada paso que dieran sonara un crujido—. De verdad fui muy estúpido más de lo normal—suspiró—. El viernes, Holly me dejó en ridículo frente a todos sus amigos.

La cara de Alex tenía un signo de interrogación escrito por toda su superficie, necesitaba un poco más de información para poder entender lo que había pasado, pero no quiso forzar de más a Jack.

—Ella estuvo conmigo porque no tenía a nadie más y, como me lo dijo, yo soy un idiota fácil de manipular—explicó Jack bajando la cabeza—. Estaba quemada con sus amigos, había dejado la universidad por problemas con el alcohol y las fiestas, era la burla de todos, nadie la tomaba en serio, y supongo que yo tomé su lugar. Sus padres ya no le daban dinero y por eso trabajaba en el arcade. Dijo que me vio cara de pendejo y se le hizo fácil usarme para complacerla, hasta que se cansó.

Alex estaba paralizado, tratando de procesar la información, no podía decir que estaba molesto, en realidad no podía expresar ni sentir emoción alguna, mas, estaba seguro de que al terminar de digerir todo, bien podría darle su merecido a la rubia, aunque, siendo sincero, era más probable que Holly le diera una paliza a él de enfrentarla.