cinco

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Jack se encontraba recargado en el marco de la puerta que daba hacia el salón de lingüística, esperando a su retraído compañero. Ya había pasado poco más de una semana desde que Alex se comenzó a juntar con el parlanchín y larguirucho chico, o al menos a permanecer ahí cuando él le hablaba. Zack había aceptado sin más la presencia de Alex en su reducido grupo, a pesar de que ello le incomodaba ligeramente, no estaba acostumbrado a compartir su espacio ni a su único amigo.

Alex cruzó el umbral, como siempre siendo el último de su clase, el moreno ya conocía muchas de sus manías—. Hola, Lex—sonrió Jack posicionándose a su lado y caminando junto a él—. Tengo algo que mostrarte—señaló su mochila.

El castaño lo miró extrañado, lo único que aquella semana había cambiado en Alex era ampliar su catálogo de expresiones, Jack había aprendido a entenderlo sólo viendo su rostro.

—Es bueno, tranquilo, amigo—le dio una palmada en la espalda.

Al llegar a su habitual lugar en las gradas del campo de fútbol donde Zack los esperaba leyendo su libro de historia, Jack llamó la atención de todos raspando su garganta, el musculoso chico no le prestó atención ya que tenía un examen en el periodo siguiente, Jack, al ver esto, le arrebató su libro y lo aventó al suelo.

—Ey, ¿por qué?—protestó Zack.

—Amigo, esto es importante—suplicó—. Bien, ya que no hay más distracciones—levantó su mochila y la colocó en la grada como si de una gran obra se tratase, abrió el cierre y sacó el objeto—. Aquí lo tienen—dijo con un tono gallardo enseñando un álbum de vinilo, no cualquiera, el icónico Enema of the State, de su banda favorita, con una firma de Tom DeLonge sobre él.

Alex y Zack lo vieron sorprendidos, incluso boquiabiertos—. Por Dios—susurró el de ojos claros.

—Lo sé, amo esta mierda más de lo que me amo a mí mismo—besó la carátula cuidando no dañar el autógrafo—. Mi hermana me lo consiguió.

Alex esbozó una media sonrisa, amaba a Blink-182 tanto como Jack  y se sentía incluso feliz por él, durante todo el tiempo que había pasado con el chico, no había un día en el que no hablara de aquella banda, quizá era hasta más devoto que él. Sabía lo mucho que le importaba la música a Jack, además era un jodido álbum autografiado, ¿quien no se hubiese emocionado?

—Viejos, anotó mi nombre—suspiró pasándoles su tan importante posesión—. Se los juro, me volvería gay por DeLonge.

—¿Cómo lo consiguió?—preguntó Zack con bajo volumen recibiendo el álbum.

—Uno de sus amigos fue al concierto de Nueva York en diciembre—comentó—. Fue como un regalo de cumpleaños atrasado. De hecho iba a ser un regalo de navidad pero May lo olvidó cuando vino y se convirtió en mi regalo de cumpleaños, ella llegó ayer, apenas terminó su cuatrimestre y vino un par de días a Baltimore, parece ser que...

Zack suspiró viendo la hora en el aparato sobre su muñeca, y, pasándole el vinilo a Alex, se levantó con prisa—. Jack, lo siento, en serio necesito estudiar—bajó las gradas y recogió su libro del suelo—. El entrenamiento no me dio tiempo.

—Está bien—sonrió tristemente Jack—. ¿Nos vemos después?

—Claro—subió una de las comisuras de sus labios y se retiró a paso rápido.

—¡Ugh! odio cuando esto pasa—Jack se desplomó en su asiento.

Alex retiró su vista de la portada del álbum y lo vio como preguntándole qué pasaba.

—¿Crees que hablo demasiado?—giró su cabeza hacia el pálido chico vistiendo una cara que bien podría asemejar a la de un cachorro lloriqueando.

Alex mordió sus labios. ¡Claro que hablaba demasiado, nunca se callaba! ¡Era increíble incluso lo rápido que podía formular palabras! sin olvidar esa habilidad que tenía para contestarse él mismo lo que preguntaba.

—Perdón por eso—Jack agachó su cabeza y la tomó con sus manos—. No sé, no puedo evitarlo ¿sabes? Yo sé que es molesto pero no sé cómo parar—su voz se había apagado y esa chispa que lo caracterizaba parecía no estar. Alex se sintió culpable, aún cuando se limitó a quedarse con sus pensamientos, acordándose de la primera vez que lo había visto así, una semana antes—. No me debería de sentir mal por esto, de hecho, si estuviera hablando sobre alguna tontería lo entendería y tal vez no me lo tomaría tan personal—gruñó—, pero estaba hablando de algo que en serio me emocionaba—tapó su boca con sus manos y volteó a ver a su compañero quien lo observaba con atención, meditando sus palabras—. Odio verme tan vulnerable, lo siento.

Alex hundió su cabeza en sus hombros pensando en lo que había sucedido, Zack tenía un buen motivo para haberse retirado; no obstante, a juzgar por la reacción de Jack, era evidente que no había sido la primera vez que pasaba. No sabía si habían más cosas que lograran traer abajo la actitud colorida de Jack, pero el hacer menos sus intereses resultaba bastante bien.

Jack exhaló pesadamente y continuó—. Mis padres no me toman mucho en serio, digo mírame—señaló su ropa, vestía una playera de New Found Glory color blanca, unos pantalones negros y ajustados y una sudadera con cierre morada al igual que sus vans—. May está estudiando derecho, Joe ingeniería, y yo quiero tener una banda, sí, tal vez no tenga futuro, pero nunca he querido tanto algo.

Ahí fue cuando Alex lo entendió todo, Jack estaba en la sombra de sus hermanos mayores, sus padres en realidad no le prestaban atención, lo subestimaban, y era por ello que ni él mismo se tomaba en serio. Reprimía tanto sus ilusiones y esa parte de él cubriéndola con actitudes tontas como método de defensa, le dolía que se burlaran y pisotearan sus sueños y distraía a la gente de ellos con sus chistes y juegos. Jack les había tenido la confianza suficiente a él y a Zack para mostrarles esa parte de él, y Alex sabiendo cómo era ser olvidado por sus padres, se sintió halagado ante tal gesto.  No le costaba nada escucharlo y podía hacer una diferencia. Alex se dirigió hacia él y dejando el álbum de lado, lo abrazó, el contacto fue breve dejando a Jack sorprendido para después reciprocar la acción. Ahí fue cuando Alex intercambió lugares ahora sintiéndose vulnerable y se apartó, empujando a su contrario.

—Eres muy bueno escuchando, Lex—y así era, gracias a su falta de habla, Alex pensaba y reflexionaba sobre todo, a veces jugándose en contra—. No quiero ir a la siguiente clase, ¿no te quieres quedar aquí?

Asintió, preguntándose si estaba haciendo lo correcto al acercarse tanto al extraño y radiante chico.

NA: Sí, subí una cochinada para no perder la costumbre con los trabajos en línea. La verdad es que he tenido muy poco tiempo y concentré mi energía escribiendo el capítulo siguiente que pronto estará listo. Prometo que en las vacaciones editaré estos capítulos para que queden mejor. Gracias

Roses || JalexWhere stories live. Discover now