Historia

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Loki POV

Salí de aquel lugar que los humanos llamaban hotel. En el exterior me encontré con un sitio muy aglomerado de midgardianos, quienes caminaban de un lado a otro, golpeándose unos con otros.

Esa mañana decidí que buscaría una biblioteca para averiguar más sobre Midgar, ya que todavía no comprendía por qué Thor estaba enamorado de este estúpido planeta. Yo seguía sin entender qué tenía de especial.

—Disculpe, ¿dónde puedo encontrar una biblioteca? —pregunté al primer mortal que vi.

—¿Biblioteca pública? Eh, hombre, no recuerdo muy bien. —respondió sacando un pequeño aparato de su bolsillo— permíteme, en un momento te digo.

—Muy amable. —contesté en un suspiro, simultáneamente mostré una sonrisa.

—Okay. —dijo tocando el pequeño aparato con sus dedos, tal vez es una especie de caja mágica.

—Internet arrojó muchos resultados, ¿estás buscando una biblioteca en específico?

—Cualquier biblioteca sería estupendo, soy nuevo en este —miré a mi alrededor y sonreí falsamente—… territorio.

—Bueno, esta biblioteca se encuentra en la 42, St-Bryant Park Station —afirmó, observando su caja mágica—… puedes tomar cualquier taxi que acerque al lugar.

—¿Taxi? —pregunté frunciendo el ceño.

—Sí, mira, ahí viene uno. —él hizo una señal con su mano y una nave andante se detuvo—. 42 St-Bryant Park Station, bro, por favor.

El conductor de aquella chatarra asintió con la cabeza.

—Gracias, mortal.

—Cuando quieras, brother. —el hombre dio un par de palmadas en mi espalda.

“Contrólate, Loki”. Rodé mis ojos internamente, odiaba tener contacto directo con los humanos. Después de algunos segundos entré a la nave andante. Observé a través de la pequeña ventana para descubrir un poco más acerca de este mundo banal. El viaje solo duró unos pocos minutos.

—Llegamos. —el conductor detuvo la nave.

—¿Dónde está la biblioteca?

—Cruce la calle, está justo allí. —dijo señalando el lugar.

—Gracias, buen sirviente. 

—¿Cuál gracias? Son siete dólares con quince centavos.

No sabía a lo que se refería, “¿dólares?” Tal vez se trata de oro, conjuré dos doblones de oro asgardianos para saldar mi deuda.

—Aquí tiene.

—Gra... —el humano contempló el oro, confundido.

Cerré la puerta y caminé hacia la librería, la cual era nada comparada con la enorme biblioteca que se encontraba en el palacio. En cuanto a los libros no encontré muchos unos cientos o miles, tal vez, pero en Asgard había libros escondidos hasta en las montañas más recónditas. Comencé a buscar algún título que llamara mi atención. Después de unos cuantos minutos encontré uno titulado: origen e historia del mundo. Lo tomé con ambas manos y me senté en una silla cercana, el silencio inundaba el lugar, pero los midgardianos que leían alrededor de mí, me incomodaba, ya que estaba acostumbrado a leer en plena soledad.

“El pasado es la explicación del presente y el porqué Midgar es... Midgar” pensé, mientras escuchaba los murmullos de algunos humanos que estaban sentados en una esquina.

Comencé a leer el libro con la esperanza de no aburrirme en el intento, el primer capítulo contenía algunos datos de lo que alguna vez leí en una antigua obra acerca de los nueve mundos. Página tras página, hora tras hora, hasta que me detuve a pensar, cambiando de tema completamente.

ᎷᎬΝͲᏆᎡϴՏϴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora