NYM

280 17 0
                                    

En las reuniones con los ejecutivos, mi madre intervino en cada una de las decisiones y propuestas que ellos querían tomar y cumplir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En las reuniones con los ejecutivos, mi madre intervino en cada una de las decisiones y propuestas que ellos querían tomar y cumplir. Una de ellas fue que los productores deseaban grabar las canciones en Nueva York o Los Ángeles, pero mi mamá se negó completamente, ella pidió que las grabaciones se hicieran en mi casa durante todo el tiempo que necesitara el proyecto. A mi mamá no le parecía la idea de estar viajando, a mi parecer, con lo que sucedió en la Isla de Manhattan ella se volvió un poco paranoica.

A la mañana siguiente, me levanté temprano para acompañar a mis papás a la hora del desayuno, pues ambos tenían que ir a trabajar.

—¿A qué hora vendrán los de la disquera? —preguntó mi papá mientras bebía su taza de café.

—A las doce. —contesté después de dar un gran bostezo.

—Será mejor que te des prisa, si no quieres que se te haga tarde como a tu mamá. —señaló con su dedo índice el techo, pues mi madre se encontraba en el segundo piso.

—Claro, tienes razón —asentí un par de veces y bebí de un sorbo mi leche—. Me iré a bañar —exclamé dando otro gran bostezo, al mismo tiempo que tomaba mi taza vacía y la dejaba en el fregadero—. Te veré al rato, que te vaya bien en tu trabajo.

Caminé hacia mi papá para darle un abrazo.

—Claro, linda. Nos veremos en la noche. —sonrió y continuó bebiendo de su taza de café.

Subí a mi cuarto mientras pensaba en lo que tendría que hacer antes de que llegarán las personas que estarían a cargo del proyecto, cuando vi mi cama no puede evitar acostarme cinco minutos más. Eran las seis de la mañana, todavía era muy temprano y tenía demasiado sueño. Cerré mis ojos, pero a los pocos segundos entró mi mamá a la habitación.

—¿Melody, puedes regar mis plantas? Por favor, se me hizo tarde, ya no me da tiempo.

—Sí, yo lo hago. —cubrí mi rostro con las sábanas.

—Gracias. En un rato viene Trudy, ella te ayudará con los bocadillos para tus invitados —se acercó a mí con pasos acelerados, yo respondí con un 'está bien' —. No se te olvide regar mis plantas. Ya levántate o te vas a quedar dormida. —dijo tratando de quitar las sábanas.

—No me voy a quedar dormida —respondí aferrándome a las sábanas—. Cinco minutos más.

—Bien. Te veré en la tarde, te amo. —ella dejó un beso en mi mejilla.

—Y yo te amo a ti —abracé a mi madre por el cuello—. Nos vemos al rato.

Horas después la luz del sol se reflejó en mis ojos, me levanté y recargué mi espalda en la cabecera, tallé mis párpados y tomé mi celular que estaba en la mesita de noche. La hora marcaba las 10:50 de la mañana, salté de la cama, exaltada.

Ya se me hizo tarde” “¿Por qué nadie me levantó?”

Me bañé en tiempo récord, después de arreglarme, bajé las escaleras y caminé rápidamente para llegar a la cocina. Observé a Trudy, quien estaba de espaldas lavando varias verduras en el fregadero.

ᎷᎬΝͲᏆᎡϴՏϴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora