𝑨𝑻𝑹𝑬𝑽𝑰𝑫𝑶 ✓ ©

©Capítulo Diez: "𝚢𝚘𝚞".

𝙿𝙾𝚅' 𝙷𝚎𝚕𝚎𝚗𝚊.

Sin entender por qué Mateo y Camilo estaban discutiendo, salí del campo de tiro y caminé hasta el centro del lugar, llamado "refugio". Y mierda, me achiqué en mi lugar cuando los ví a todos reunidos ahí. Todos dirigieron sus miradas hacia mí y fruncieron el ceño al verme. Más que nada el padre de Mateo, este frunció más el ceño.

—Perdón, ¿pero vos quién sos, querida? — habló Pedro, serio.

Me quedé muda. De un momento a otro sentí como me tomaron del brazo de repente y giré la cabeza. Era Mateo. Ambos nos miramos y avanzamos hasta el centro.

—¿No la recordás, viejo? — le preguntó su hijo, acercándose.

Pedro me miró más fijamente.

—¿Helena? ¿Helena, nena? Dios, como creciste. Wow, no te reconocí. Increíble cómo pasa el tiempo. — respondió, sonriendo.

Le sonreí.

—Hola Pedro, qué bueno volver a verte. — le dije, educadamente.

Se enserió.

—¿Por qué está acá, Mateo? — miró mal a su hijo. Conociéndome, le parece raro que yo esté acá — ¿Qué onda se unió o qué? Sabés como son...

Lo interrumpió.

—¡Ella ya entró en el bando, simplemente no estabas enterado!

Escuché un par de murmullos atrás mío y Mateo les dirigió una mala mirada, causando silencio absoluto en los integrantes de la banda.

—¿O no? — les habló Mateo y los demás asintieron, cabizbajos.

Fruncí el ceño.

—Pero yo...

Mateo desvió su mirada hacia la mía.

—Pero vos nada, no te dí pie para que hablaras, ni nadie lo hizo. Así que cállate, por favor. — me ordenó, alzando una ceja. Dios, ¿así se manejan acá o qué onda?

«Qué mentira más grande».

No dije nada, simplemente me callé manteniéndome en el lugar cabizbaja.

—Bueno, bienvenida entonces. — habló Pedro dirigiéndose a mí.

Levanté la cabeza y le sonreí.

—Pero yo no... — le iba a decir la verdad pero Mateo me tomó del brazo y lo apretó disimuladamente mientras me decía entre dientes que no dijera nada, y eso me causó muchísimos nervios. Decidí optar por cerrar la boca y Pedro me miró con rareza.

—¿Vos no, qué? — arqueó una ceja.

A punto de responderle se escuchó a alguien de la banda entrar a los gritos al lugar, llamando nuestra atención. Todos desviamos los ojos hacia el chabón de ojos azules y con una gorra en la cabeza, y nos preocupamos. Se notó que había corrido, porque se encontraba muy fatigado. Su cara demostraba un conjunto de ira, miedo y preocupación al igual que nosotros.

—Peligro... — lo llamó con un tono nervioso, tomando una gran bocada de aire después de tanta agitación.

Pedro avanzó demostrando su liderazgo y autoridad ante la situación, y se enfrentó al tipo con mucho carácter y pecho.

—Dtoke, ¿qué pasó? ¿Por qué tanto escándalo al entrar? — le preguntó sin entender el porqué de su entrada tan llamativa.

Este suspiró.