©Capítulo Veinte: "𝚕𝚘𝚟𝚎 𝚢𝚘𝚞".

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Sé quién es Martillo — confesó Helena asustada, dejando a las chicas sorprendidas y alucinadas.

Gala y Nicole se miraron, tragando fuertemente seco. Luego desviaron su vista hacia ella otra vez y se mantuvieron calladas. No sabían qué decir ante semejante confesión.

—¿Y quién putas es? Dios mío.— chilló Nicole cansada, sonando como una típica milipili desconcertada.

Y en eso, no sabían cómo ni de dónde, salieron un grupo de cuatro hombres armados. Les apuntaron. Carajo, sabían que estaban en problemas.

Las chicas levantaron las manos, rendidas. Las tomaron de sorpresa, no sabían qué hacer. Ya era tarde.

—¿Dónde creen que van par de zorras? — preguntó uno de los hombres, acercándose hacia ellas.

Se terminó de acercar a Helena y apunto de agarrarla, este y otro compañero sintieron como le pegaron unos fuertes cascotazos en la cabeza, dejándolos inconscientes en el suelo.

Ellas quedaron asustadas y asombradas por lo que acaba de pasar. Hasta que esos dos se acercaron a estas. Uno se posicionó enfrente de Helena, y acarició su mejilla derecha. Bajó el arma y se subió la visera; mostrándose su puta sonrisa de nene divertido.

Helena suspiró de alivio.

—Camilo, la re concha de tu madre — lo puteó y rodeó sus brazos alrededor de sus hombros, emocionada. Lo abrazó con fuerza y él le siguió el abrazo, con la misma intensidad.

—También me da gusto volver a verte — rió un poco, pero al escuchar como sollozó.., la abrazó más fuerte y acarició su espalda, conteniéndola — Sh, tranquila, Len. Estás acá, te estoy jodiendo, lo siento — se separaron y le quitó sus lágrimas —. Vamos, dale. Mateo necesito verte.— le dijo.

Lenna asintió, quitando sus lágrimas.

—¡Alto! — los frenó Nicole, seria. Todos se quedaron en sus lugares, mirándola, esperando a que dijera algo —: ¿Y el gil ese; quién es? — le cabeceó.

Los cuatro observaron lo que sobraba. Este no dijo nada, y se quitó el casco, lentamente. Y después de eso, se dió a ver quién verdaderamente era.

—Tu hombre, gila — le cabeceó el Wos, relamiéndose los labios al verla tan sexy por su vestimenta y actitud que tanto le llamó la atención de ella.

La morocha sonrió ampliamente al verlo otra vez. Corrió hacia él y se lanzó a sus brazos, pasando sus piernas alrededor de su cintura. Este la atrapó entre los suyos y le comió la boca de un intento beso, necesitado.

—Bue, ahora se creen que están en el diario de una pasión los pelotudos — murmuró Camilo, rodeando los ojos.

Después de cinco segundos del beso intenso, Nicole se bajó de su regazo y lo abrazó fuertemente. Se distanciaron un poco, y Valentín acarició sus mejillas, sonriéndole.

—Qué bueno que estás bien, ya no aguantaba un segundo más sin saber cómo estabas acá adentro. — le dijo.

—Te amo tanto, dios — dijo ella, volviéndolo abrazar, aliviada.

Se oyó una tos falsa detrás.

—Lamento interrumpir su reencuentro después de tres horas, lo siento en verdad — usó sarcasmo — Pero tenemos que irnos antes que nos maten, ¿puede ser? — les preguntó con la mayor amabilidad falsa, posible.

Wos le hizo una mueca.

—Sí, vamos.

Avanzaron, y Valentín se acercó a Helena para verificar que estaba todo bien. Entonces, él tomó una pequeña rápido de su cintura y se lo colocó a la altura de su boca.

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