©Prólogo.

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[A los 8 años].


—Lenna, ¿querés venir a casa a jugar? — le preguntó Mateo a su nueva vecina, sonriéndole feliz después de haberse presentado ante esta.

Ella asintió.

—Bueno, mi mamá no tiene problema. — se tomaron de las manos y se fueron a la casa de él.

Helena conoció a Pedro y Juliana, hacían una gran pareja. Ellos dos fueron hacia la habitación de Matu y jugaron toda la tarde. Hasta que llegó el momento de irse, Mercedes — mamá de Lenna — fue a buscar a su hija. Juliana abrió la puerta y se presentaron, Helena y Mateo no querían despedirse, así que las madres decidieron tomar unos mates para conocerse y dejar que sus hijos disfrutaran jugar juntos un ratito más.

—Me caes re bien, Lenna. Sos muy linda...— Teo le sonrió.

Ella se sonrojó.

—Gracias, vos también.— le devolvió la misma sonrisa inocente.

—¿Mejores amigos? — Mateo le extendió la mano derecha.

—Mejores amigos. — afirmó ella y aceptó su mano.

Rieron.

[A los 13 años].


Helena se encontraba llorando por el mismo estúpido que se burla de ella por su físico y al ver a Mateo con su amigo Camilo cerca, corrió hacia ellos rápidamente. Él se asustó al verla tan desesperada, la abrazó fuerte y se miraron.

—¿Qué pasó, Lenna? — la tomó de las mejillas entre sus manos.

—É-él, él...

—¿Se volvió a burlar de vos ese forro de mierda? — le preguntó entre dientes.

Ella asintió dolida.

—Yo lo mato. Vamos Camilo. — dijo para sí mismo y comenzó a caminar con su mejor amigo, alejándose de Helena. Iban a buscar a ese pibe y lo iban a ubicar al toque por hacerce el vivo con su querida amiga.


[A los 15 años].


La amistad entre Mateo y Helena se fue dando a otro nivel, ambos se gustaban y tenían ganas. El tiempo había pasado y ellos pudieron darse, pero después Mateo empezó a cambiar con ella. Desde que sus padres se separaron y Pedro se mudó a La Boca, como Camilo también, él se reveló demasiado y decidió tener otra junta de amigos, distanciándose de su mejor amiga; Helena.

—¡Teo! — ella le gritó, acercándose hacia él, emocionada.

Mateo la miró serio y después a sus nuevos amigos.

—Ash, es una densa. — les dijo a sus amigos y ellos se rieron.

Helena se terminó de acercar a él, saludó a los demás y lo abrazó.

Mateo la sacó de encima.

—Dejá de joder, Helena.

Ella quedó confundida y se sintió avergonzada enfrente sus amigos.

—¿Qué te pasa, Matu? — le preguntó sin entender el porqué del rechazo.

La miró mal.

—Me pasa que me tenés re podrido, ya está, dejá de joder. Ya nos dimos, listo, chau ¿Qué flasheas? No somos amigos, nena — se rió —. Tómatelas.

Se burló de ella. Su ex mejor amiga confundida, quedó tan shockeada ante la situación que se fue sin decirle nada, simplemente lastimada por sus crueles palabras. No lo reconoció. Desde ahí, Helena cambió la perspectiva de Mateo. Ambos se alejaron el uno al otro, "olvidándose" y mutuamente siguieron su vida.

Eso sí, Helena nunca entendió por qué cambió tan rotundamente Mateo.

Continuará...

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