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El pequeño niño no sabía cómo había llegado a ese lugar, sobre todo porque momentos antes había estado en su alacena debajo de las escaleras. Miró con cautela al señor en silla de ruedas motorizada, preguntándose qué hacer o qué decir.

—Soy Quirón, ¿me dirás tu nombre?

—Harry Potter —murmuró en voz baja.

—¿Cómo llegaste aquí?

—Eso me pregunto desde que llegué, genial.

—¿Tu edad?

—Tengo diez años —dijo, mirando cualquier lugar menos al hombre—. Recién los cumplí está semana.

—Bien, bien. Si estás aquí supongo que debes de ser un semidiós, ningún mortal puede cruzar las barreras del campamento.

Los ojos de Harry se desenfocaron por un momento, como si estuviera recordando algo.

"Ahora tienes mi bendición, la sombra y tú serán unos mismo, los fantasmas responderán a tu nombre, en mi reino, tienes el mismo derecho que mis hijos, pues te considero uno de ellos. Tienes una misión, pequeño, lo dejo en tus manos".

—¿Ocurre algo, Harry? —preguntó Quirón.

—N-no. Sólo..., recordé unas palabras que un hombre muy simpático me dedicó hace algún tiempo.

Quirón asintió, Harry tragó saliva con nerviosismo.

—Se parece mucho a Lilo —comentó con desdén el hombre a lado de Quirón, el Sr. D.

—¿Lilo? —preguntó Harry, confundido.

—Lily, una hija de Deméter.

—¡Así se llamaba mi mamá! —dijo Harry, fascinado —. Aunque mi tía Petunia dijo que era una buena para nada, como mi papá —murmuró, dejando de lado la fascinación anterior.

—Me parece que eres legado de Deméter, ¿alguna cualidad en especial?

Harry frunció el ceño.

—Cuando Tía Petunia dejaba en mis manos el jardín —miró a los lados, como si lo que estaba a punto de decir fuera un gran secreto—. ¡Yo podía hacer que la hierba mala dejara de crecer en el jardín! Y que las flores crecieran más rápido y siempre estuvieran sanas.

El hombre asintió.

—Parece que si es hijo de Lily, Dionisio, tenías razón.

El hombre lo ignoró deliberadamente, gruñendo en su lata de coca-cola.

El hombre lo ignoró deliberadamente, gruñendo en su lata de coca-cola

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—La carta viene con una llave, Quirón —murmuró Harry, algo nervioso.

—Supongo que es la llave de tu bóveda.

Harry asintió, ignorando deliberadamente al hombre junto a él, escuchando con devoción a la voz en su cabeza.

"Aquí comienzan tu misión, querido mío, Skotádi te ayudará en todo".

Campeón [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora