Percy
—Nunca llegaremos —protestó Zoë—. Vamos demasiado despacio. Pero tampoco podemos dejar al taurofidio.
—Muuuuu —dijo Bessie, que iba nadando a nuestro lado mientras caminábamos junto a la orilla.
Habíamos dejado muy atrás el centro comercial y nos dirigíamos al Golden Gate, pero estaba mucho más lejos de lo que parecía. El sol descendía ya hacia el oeste.
—No lo entiendo —dije—. ¿Por qué tenemos que llegar a la puesta de sol?
—Las hespérides son las ninfas del crepúsculo —repuso Zoë—. Sólo podemos entrar en su jardín cuando el día da paso a la noche.
—¿Y si no llegamos?
—Mañana es el solsticio de invierno. Si no llegamos hoy a la puesta de sol, habremos de esperar hasta mañana por la tarde. Y entonces la Asamblea de los Dioses habrá concluido. Tenemos que liberar a Artemisa esta noche.
—Necesitamos un coche —dijo Thalia.
—¿Y Bessie? —pregunté.
Grover se detuvo en seco.—¡Tengo una idea! El taurofidio puede nadar en aguas de todo tipo, ¿no?
—Bueno, sí —dije—. Estaba en Long Island Sound. Y de repente apareció en el lago de la presa Hoover. Y ahora aquí.
—Entonces podríamos convencerlo para que regrese a Long Island Sound —prosiguió Grover—. Quirón tal vez nos echaría una mano y lo trasladaría al Olimpo.
—Pero Bessie me estaba siguiendo a mí —dije—. Si yo no estoy en Long Island, ¿crees que sabrá encontrar el camino?
—Muuu —mugió Bessie con tono desamparado.
—Yo puedo mostrarle el camino —se ofreció Grover—. Iré con él.
Lo miré fijamente. Grover no era lo que se dice un fanático del agua. El verano anterior no se había ahogado por los pelos en el Mar de los Monstruos. No podía nadar bien con sus pezuñas de cabra.
—Soy el único capaz de hablar con él —continuó Grover—. Es lo lógico. Se agachó y le dijo algo al oído a Bessie, que se estremeció y soltó un mugido de satisfacción.—La bendición del Salvaje debería contribuir a que hagamos el recorrido sin problemas —añadió Grover—. Tú rézale a tu padre, Percy. Encárgate de que nos garantice un trayecto tranquilo a través de los mares.
Yo no acababa de ver cómo iban a llegar a nado a Long Island desde California. Aunque también era cierto que los monstruos no se desplazaban del mismo modo que los humanos. Había visto muchos ejemplos de ello. Traté de concentrarme en las olas, en el olor del océano, en el rumor de la marea.
—Padre —musité—, ayúdanos. Haz que Grover y el taurofidio lleguen a salvo al campamento. Protégelos en el mar.
—Una oración como ésta requiere un sacrificio —dijo Thalia—. Algo importante.
Reflexioné un instante y me saqué el abrigo.
—Percy —dijo Grover—, ¿estás seguro? Esa piel de león te resulta muy útil. ¡La usó Hércules!
Entonces caí en la cuenta de una cosa. Miré a Zoë, que me observaba con atención. Ahora comprendía quién había sido su héroe: el que había arruinado su vida y había provocado que la expulsaran de su familia; aquél al que había ayudado a engañar a su propio padre y al que no se atrevía a mencionar siquiera: Hércules, el héroe al que yo había admirado toda mi vida.
—Si he de sobrevivir —dije— no será por llevar un abrigo de piel de león. Yo no soy Hércules.
Arrojé el abrigo a la bahía. Inmediatamente, se convirtió en una dorada piel de león que relucía en el agua. Luego, al empezar a hundirse, pareció disolverse en una mancha de sol. En ese instante se levantó viento. Grover respiró hondo.
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Campeón [finalizada]
Fanfiction#1 en Harcy - 19.09.2020 a 17.11.2020 #3 en Harcy - 17.11.2020 #1 en Harcy - 19.11.2020 #7 en crossover - 11.11.2020 Donde Harry es bendecido por Hades y su tarea es eliminar los Horrocruxes antes de su sexto año, viviendo como si fuese un semidiós...