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Harry

Percy se había quedado dormido después de llorar, no lo solté, no quería dejarlo. Cuando Sally entró me miró con una sonrisa triste.

—Me imagino que ya te lo dijo —murmuró sentándose en el sillón que la mayor parte del tiempo ocupaba Percy.

—Lo hizo —murmuré.

—Realmente estuvo mal porque no podía ayudar a encontrarte —me dijo—. Apenas y lograba que comiera o durmiera con normalidad, del cansancio se había quedado dormido en la bañera —Sally dio una sonrisa tensa—. Paul lo encontró y entró en pánico, creyendo que era un tipo de suicidio.

—Percy es increíble —murmuré—. Todas sus cartas me seguían llegando mientras estuve en esa mazmorra, habían tratado de que las leyera, ellos estaban molestos porque Percy me seguía escribiendo. En ese momento pues... Había recibido un golpe muy fuerte en la cabeza que me nubló la vista, no pude leer mucho.

—¿Qué pasó, cariño?

Aparté la vista y me concentré en los cabellos de Percy.

—No se los dije, pero uh... Hasta el momento quien me había estado "vigilando" fue Bellatrix Lestrange, la prima de Sirius. Teníamos una especie de rutina. Ella llegaba y me decía "hola, bebé Potter", me decía si había aparecido de nuevo en el periódico, me molestaba y después ella se molestaba, me torturaba un poco y se iba. Ese día llegó, eh, diciéndome que me llevaría a la ducha, después regresamos a mi celda... Tenía... Tenía grilletes supresores de magia y... Ella se fue, no lanzó ningún hechizo.

—Eso te inquietó, pero te sentías mejor por el baño, ¿cierto? —murmuró comprensiva, yo asentí.

—Un hombre apareció de la nada, no sé quién era... Llevaba... Bueno. No le podía ver la cara —sentí como mi cuerpo temblaba, pero Percy se reacomodó sobre mí, me relajé—. Lo primero que hizo fue preguntarme por mi familia y amigos —fruncí el ceño—. Eso me enojó bastante, lo insulté y bueno... Me atacó... Primero un golpe... Después —negué—. Sally, no podrán encontrarlo, está muerto, tuve un estallido de magia accidental, posiblemente se lo dieron de comer a algún animal o incineraron su cuerpo... No lo sé, pero estoy feliz de que muriera, Sally —me mordí en interior de la mejilla, abrazando más Percy.

Sally sonrió y dejó una caricia en mis cabellos.

—Descansa, mañana volverás a casa, ¿quieres que me lleve a Percy?

Negué de manera inmediata, quería tenerlo conmigo, de la manera más egoísta que había.

***

Bellatrix estaba mal. Bueno, se miraba peor a cuando estuve cautivo, tenía los ojos hinchados y sujetaba del cuello a una mujer rubia y escuálida.

La mujer se estaba poniendo roja, obviamente no podía respirar del todo bien.

—B—Bella...

—¡NO DIGAS MI NOMBRE, ESTÚPIDA!

La mujer rubia comenzó a temblar, asustada.

—¡Fue tu maldito hermano! —gritó, comenzando a llorar, eso hacía que, de alguna manera, le diera más miedo a la mujer rubia.

Supongo que no temí porque conviví mucho tiempo con ella, realmente nunca me dio miedo.

—Y—yo...

—¡CIERRA LA BOCA! ¡Tenían una maldita orden! —volvió a gritar—. Todos tenían prohibido bajar, solo yo tenía ese permiso.

La mujer rubia tembló, Bella la arrojó contra la pared de mármol y sacó su varita, casi sentí lástima de ella mientras tosía para recuperar el aliento.

Campeón [finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora